13/02/20 Pescando a la deriva

0

Anclado en una corredera tengo en mis manos mi carnada preferida, una tentación bien viva que el dorado no puede resistirse…

El calor se hacía presente asi que antes de tirar meto la cabeza en el río para una buena refrescada. El bagre era grande entonces saque el plomo para que corra bien lejos. Sentado muy tranquilo observando el río mientras voy largando multi. Estoy tan concentrado con mi caña en mano que hasta siento cada movimiento que hace mi carnada tocando el fondo.

Habré largado unos 150 m hasta que llega esa dulce espera y cómo dice la canción: “Pienso en todo sin pensar en nada”. Con una buena llevada logro clavar, en el primer cañazo, un doradito que haciéndolo saltar bien lejos empiezo a disfrutar su hermosa pelea. Foto, abrazo, beso y al agua agradeciéndole lo feliz que me hizo.

 

Navegando aguas más arribas, por un río que no conocía, no veo ningún lugar para anclarme por lo que les aviso a mis compañeros que pongan carnada grande y viva, íbamos hacer una buena gareteada. Me acerco a la isla para derivar justo hacia el veril con un viento es leve así que apago motor. De a uno vamos tirando y largando bien lejos la carnada. El sol estaba fuerte y a la deriva, en el medio del río, el reflejo en el agua se pone muy difícil.

Siempre que gareteo recuerdo a mi amigo el “Chinito Ramirez”, cada gesto que él hacía.. su manera de observar el río y enseñarme esta modalidad que es la que más paciencia tenes que tener. Aún asi siempre te sorprende con las mejores bestias y así fue que después de una llevada firme nos dimos cuenta que había una bestia tratando de comer la anguila. Devolvamos lo que no nos pertenece.

Que locura tan hermosa es esta pasión. Nunca me imagine que encontraría estas bestias en el sur de Entre Ríos, se las ve tan poco por lo depredado que están nuestros ríos . Cuidémoslos un poco más, todavía creo que estamos a tiempo

Gentileza de Braian Segura

Sobre el Autor

Dejar un comentario