Emprendimos viaje Desde Cordoba con destino a la hermosa y querida localidad de Esquina en la provincia de Corrientes…
Muchas sensaciones fuertes se juntaron ya que por primera vez llevaba al río Parana a Benjamin, mi hijo. También nos acompañaron dos tipazos como lo son Francisco Mortara y Alan Huber, ambos fanaticos igual que Yo por la pesca con artificiales. En esta ocasión habíamos quedado hacer solo pesca con carnada ya que mi hijo no tenia experiencia con las bestias del Parana y mucho menos hacer bait sobre un trucker en movimiento con todo lo que eso conlleva.
En Esquina nos alojamos en la hermosa “Posada Lauritto” que da al río Corrientes y tiene la bajada de lanchas ahi nomás. Mi amigo chito Cristian Miño (Guia de pesca) y los Servicios de Sergio Rodriguez (propietario de las embarcaciones) también nos acompañaron. Mi nene se quedo enamorado apenas amaneció, vio por primera vez el rio corrientes con la bajada de lanchas desde la posada. Llegamos a la madrugada y todavía de noche. A eso de las 7.30am nos embarcamos, tomamos unos buenos mates y planeamos la jornada.
La idea era pescar cachorros que estaban pescando bien (el agua bastante turbia). Llegamos al primer pozo y mi hijo tuvo su primer pique de cachorro. Por dentro mio sentí una emoción que no puedo explicarlo. A las 10 minutos tuvo su segundo pique de otro cachorro, ahí solo me puse a mirarle la cara y sus gestos. Luego de esos tuvimos piques de armados, paties y los chicos Fran como Alan se empezaron a mirar. Yo la veía venir. Y me dicen: “¿Y si vamos y buscamos algún sector con agua un poco mas clara?“. Les dije que si pero por dentro mio sentía que Benjamin se iba a aburrir y que iba a llevar de galletas el reel, ya me imaginaba con el señuelo de arito porque el iba a pescar a mi lado.
Le consulte a él y me dijo: “Sii”. Busco unos lugarcitos y empezamos con bait. Impresionante la pesca que metimos, unos 50 dorados capturados y varios erramos. Mi nene pescando a la par nuestra sin engalletar con una pasion tremenda que ni agua tomo. Saco algunos y cuando salto el primer tigre ya sabia que no iba a haber forma de sacarle esa pasión… esa enfermedad sana que sentimos los pescadores.
Al día siguiente Chito tenia la idea de buscar el pacu que ya lo habíamos estado hablando de antemano. Los encontramos en el precioso Aguaizal, Fran y Alan armaron las cañas de fly con bolitas y empezaron con todo. Metieron pacu, pacu reloj, pirapita y hasta cuchilletas. Nosotros con mi hijo solo mirábamos el paisaje. Luego nos anclamos y encarnamos con coco logrando pique de 3 pacues. Mi hijo tuvo la suerte de sacar uno muy lindo y quedo fascinado. Cuando volvimos a la posada Lauritto, ya acostados de noche, mi hijo me dice: “CUANDO VOLVAMOS VOY A VENDER LA PLAY 4 PARA QUE ME TRAIGAS A PESCAR DE NUEVO“. Eso no tiene precio.
Muy muy Agradecido A Fran, Alan, Chito, Sergio y Carlos, de la posada, por esta inolvidable pesca que compartimos. Como único consejo: Lleven a pescar a sus hijos es lo mas lindo que hay.
Gentileza de Juan Ponce