Partimos junto a Gabriel con la simple idea de relevar algunas cuevas, que teníamos de hace un tiempito, abandonadas…
Salimos rumbo a ibicuy (prov. de Entre Ríos), lugar de ilusiones entre charlas y risas buscando lugares en el camino. Un par de anécdotas ganadas, otras perdidas y por supuesto con mates de por medio. Cerca de llegar a destino notamos algo que nos tenía un poco incómodos: habia mucha cantidad de animales muertos como vacas y caballos en lagunas y campos que antes estaban inundados y ahora estaban secos por completo. Esos lugares donde solíamos pescar buenas tarariras en cantidad y hoy solo nos quedaban los recuerdos.
Llegamos al rededor de las 9 de la mañana a un lugar allegado a Villa Paranacito con circulación del agua en algunos puntos, barrancas y paredes pero al pasar unos buenos minutos no obtuvimos respuesta de ningún tipo. Decidimos retomar la ruta donde e ir a una cava de aguas transparentes pero al llegar nos topamos con una increíble cantidad de basura: latas de cerveza, cajas de vino y lo más triste.. muchas escamas en la costa. Casteo tras casteo una sale atrás del señuelo dejándose ver pero no acierta en el engaño.
Casi al minuto, Gabriel logra clavar la primera de la jornada que aunque era una laguna que se caracterizaba por tener tarus solo chicas, esta vez dieron pelea. Después de unos tiros, piques y clavadas erradas logramos sacarle algunas de lindo porte. Hicimos un impas para comer e hidratarnos, con la temperatura que había hacía falta frenar todo el tiempo y continuar en otra laguna a ver cómo sería el panorama.
Llegamos al lugar que en temporadas anteriores nos daba una nota terrible pero hoy estaba seco en su totalidad. Muy triste el panorama. Partimos en búsqueda de la tercera y última donde me llama la atención un charco de agua que había al costado de la ruta. Le digo a Gaby: – “Frena a ver“. Me acerco al agua y me salta una taruchita en la cara. No dude en agarrar la caña y empezar a castear. Logre ataques bastante seguidos y taruchas muy respetables, marrones bien oscuras y un agua hirviendo.
Pudimos sacarle algunas taruchas muy lindas y tamaños bastante respetables, tanto abajo como en superficie era un show hermoso como atacaban. Ya con el sol agoviandonos decidimos ir a la ultima laguna que no había visitado en unos dos años. Por suerte pudimos sacar algunas, se destacó una hermosa tontona tosca que se afirmó en las raíces que al sacarla fue como levantar una rueda a caña del agua, terrible fuerza y salpicadas pegaba. Todas las capturas fueron con sus devoluciones correspondientes y la vuelta a casa mas que satisfechos por los resultados.
Aclaramos que cambiábamos de señuelos a cada ratito y de color. Había que hacer muy bien los deberes para dar con ellas pero con un poco de maña dimos buena batalla. Hasta la próxima nota amigos
Gentileza de Tino Pescatore
