Relato de un pescador solitario

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Muchos de ustedes se pusieron a reflexionar ¿cuando consideran que un día de pesca ha resultado redondo?…

Algunos ya estarán pensando en esos artículos sobre expediciones a ríos paradisíacos o campos privados donde la captura más pequeña mide 60 cm. y esa es la hermana mas chica de la familia, bueno no es así.

¿El éxito viene de pescar muchas docenas de tarariras u otras especies y, que todas sean muy grandes, en una única salida de pesca?. Si es así, los pescadores más modestos que solo nos movemos y recorremos día a día diferentes lugares de nuestro país no siempre vuelven a casa con muchos peces. Sin exageraciones, no pretendamos hacer creer a nadie que en una jornada de pesca de 10 horas sacamos captura cada 2 minutos; pero para muchos pescadores el ego se refuerza cuando hacen con 20 o 30 peces o mas en un día)

Pero ¿Y si siempre fuera así?, ¿No les parece que cuando el objetivo de pescar se cumple con mucha facilidad queda como un regustillo amargo?, como si nos dijéramos: “era tan fácil que no tenía mucho mérito”. Es divertido clavar dos docenas de tarus en un día porque no es lo habitual; pero hay un cuento que dice así: “Muerto un pescador aparece en un río perfecto repleto de tarariras y dorados, una caña con un señuelo en la mano; cada lance lleva el señuelo a un pez que siempre la toma.

Estoy en el cielo, piensa el pescador. Veinte horas después sin haber fallado ni una tirada, el pescador empieza a cuestionar su situación: –¿Es siempre así? Pregunta a su guardián que lo mira desde la orilla. – Sí, contesta este. – Infierno, maldice el pescadorEfectivamente, dice el guardián.

 

La verdad es que en mi recuerdo quedan días de pocos peces pero en circunstancias que hicieron la mejor pesca como en esta ocasión donde obtuve un pequeño sabalo con un señuelo muy antiguo reformado con un vinilo y mi caña Maruri de 5 tramos. A veces la circunstancia de estar en el río un día hermoso soleado viendo a tu alrededor la pujanza de la naturaleza, llena de una satisfacción difícil de definir o de entender para quien no la ha vivido.

¿Será que yendo a pescar seguimos los designios de nuestra herencia genética y eso nos reconcilia, en parte, con nuestra propia naturaleza?. No sé que es pero no es necesario pescar mucho para que una jornada resulte satisfactoria. Por tanto amigo pescador, no te obsesiones persiguiendo el récord del año en peces cada salida de pesca. Relájate, mira a tu alrededor, disfruta esa captura complicada, devuelvela al río para la próxima salida tuya o de tus nietos y sobre todo atesora en tu recuerdo la experiencia. Te divertirás más y te frustrarás menos….. EL.PESCADOR SOLITARIO

Gentileza de Omar Saravi

Sobre el Autor

Omar Saravi

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