Como ya es costumbre, estábamos coordinando con nuestro amigo Daniel Ferreyra de Ferreyra Fishing, para hacer una salida al peje en Junín. Chat va, chat viene, aparece lo inesperado: Dani nos pasa una foto de una hermosa taru, diciendo: “Algunas estoy sacando en fly, pero en bait está muy complicado”…
No hizo falta más, en ese mismo momento cambiaron todos los planes,y los pejes pasaron al olvido. Nos íbamos a mandar a intentar una pesca de tarus atípica: en pleno invierno. Entre los Pinchamostros el comentario era: “Tenemos que probar, Dani no defrauda. Y si sacamos 3 o 4 tarus en Julio, estamos hechos”. Además teníamos un “as” en la manga: contábamos con una batería nuevita de señuelos y vinilos que nos dieron los grossos de Payo Argentina, para que veamos si podíamos hacerlos sufrir un poco.
Preparativos
Detrás de una gruesa capa de nubes se empiezan a ver las primeras luces del día. El frío de Julio se hace sentir, y sin embargo ahí estamos. Si uno lo piensa detenidamente, no tiene mucho sentido. Pero hay cosas que no se piensan, se sienten. Y nosotros sentimos. Nosotros extrañamos. Nosotros no podemos esperar más para volver a verlas.
Llegamos temprano a Junín, con la primera luz del día. Esta vez sólo estábamos Lagumercindor y Manosdemanteca, al llegar se nos sumó nuestro guía, amigo y Pinchamostros honorario: Daniel Ferreyra. Metimos un desayuno rutero en una estación de servicio de la zona, y mientras esperábamos que asome Febo, planificamos el día.
La cosa pintaba fea: hacía frío, estaba nublado, y para colmo se estaba levantando un viento moderado, que en general, no ayuda para nada a la pesca de tarus, pero ya estábamos ahí, y no nos íbamos a achicar ahora. La idea era una salida a pleno campo dedicándonos a “peinar” con nuestros señuelos los canales de la zona, que era el ambiente donde Dani había tenido respuestas con las moscas. Los artificiales a usar serían todos “Rascafondos” elegidos especialmente para la ocasión: Gomas montadas sobre offsets chicos, lastrados, adosadas a con cucharas giratorias muy chicas, o directamente sin cuchara (sólo anzuelo y goma) más algunos ckrancks chicos, con rattling muy sutil. Con el correr del día, los que destacaron fueron las gomas Nambada y el señuelo Mustang 50, ambos de Payo argentina.
Arrancamos
Subimos a la chata de Daniel y comenzó la aventura. Ni bien llegamos al primer point, mientras Lagumercindor preparaba los equipos para filmar, Manosdemanteca empezó a “peinar” el canal. Al tercer tiro sintió lo que tanto esperábamos: “parada” del señuelo, cañazo y a cobrar: prendió la primer taru, una bestia que anduvo por los 2 Kg, que doblaba la caña que daba gusto verlo. Nos miramos asombrados: ni él podía creer que la primera respuesta hubiera sido tan rápida. Fotos, video, y al agua, para que la bicha siga ahí, esperando a cualquier otro pescador deportivo para regalarle una lucha memorable.
Ahí nomás, arrancó el pee-pee-pepe-pepe-pee-pee-pepe-pepe (leer imaginando música de carnaval carioca), realmente inesperado: Los piques se daban uno atrás del otro, tanto que hubo momentos en que cada tiro era una tarucha, y todas grandes. En un momento específico Lagumercindor, usando un crankcito (el Mustang) contabilizó 5 piques seguidos (tiro, traigo, clavo) de los cuales 2 se desprendieron en la orilla y 3 se quedaron a posar para la foto antes de volver al agua ¡De no creer!
El pique en esta época es completamente diferente al pique en Verano, simplemente uno siente que el señuelo “se para” al punto de que hay que estar sumamente atento para no confundirlo con un enganche. Lo mismo aplica en la clavada, y se hace indispensable “aguantarla” un poco para que la taru tome bien, ya que, si se apura se pierde, porque las bichas están mañosas, muerden muy poco y a la primera resistencia largan el señuelo. Eso sí, una vez prendidas, pelean de lo lindo.
Impasse
Llegando el mediodía el pique fue aflojando, por lo que decidimos almorzar, y luego cambiar la cancha. Surcando caminos rurales, nos fuimos para otro canalcito dentro de un campo privado al que Dani tiene acceso, pero hicimos un par de paradas en charcos “Al costado del camino”, donde pinchamos algunas tarus más, y Dani, que no pudo con su genio, nos dio una demostración de pesca de carpas en fly: Vio el lugar desde la camioneta, frenó, bajó, dos cast, y a cobrar, todo sin solución de continuidad. ¡Un genio el loco!
La segunda cancha en cuestión era un canal hermoso, angosto, que desembocabadirectamente en el salado. Desde donde arrancamos a pescar hasta la desembocadura habría unos 3 Kms. Y la idea era recorrerlos aseñuelazo limpio.
Cosa e’ mandinga
El paisaje es soñado. Uno ve el canal serpentear en el campo hasta el horizonte, y más allá, la boca en el río. Un halcón sobrevuela el paisaje, el sol se refleja en las aguas, y casi que uno espera ver un elfo aparecer en el horizonte. Pero no. Aparece algo más mágico. Aparece la reina del invierno, que castiga nuestros artificiales con toda su furia, y nos regala un día más de vida.
Empezamos a bajar el canal hacia su desembocadura, casteando “A lo pavo”. Bah, en realidad a lo pavo no: Los tiros los hacíamos en lugares muy específicos, donde es de esperar que se amontonen las tarariras: lugares donde las costas del canal se acercan entre sí formando “cajones” donde las tarus se acarduman para emboscar a sus presas que necesariamente se tienen que “amontonar” para pasar, o cuevas en donde también se emboscan.
A esta altura el sol había asomado, con lo que el clima acompañaba un poco más… y la pesca fue cosa de no creer. No hay manera de describirlo, más que el título del párrafo: Una cosa es pescar tarus en invierno (es difícil, pero no imposible si uno sabe donde buscar) pero otra cosa es la experiencia que vivimos. Realmente perdimos la cuenta de los piques, hicimos una pesca que muchas veces ni en plena temporada se hace, tanto en bait como en fly, y encima con animales de muy buen tamaño. Era cosa de no parar de pescar, y todo el recorrido fue igual.
Dani ya había largado el equipo de bait y se dedicaba a mosquear, y también en esa modalidad hubo muchas respuestas… Y así se nos fue pasando el tiempo, y pique tras pique, se nos murió la tarde.
Los tips
Meter una pesca de estas tiene un gran factor de suerte, pero también hay que “hacer los deberes” para ayudar al destino. Acá te tiramos los datos de que fue lo que mejor rindió en la salida:
- Buscar un guía conocedor, y que respete el ambiente, practicando y fomentando la pesca con devolución.
- En señuelos duros: Los más rendidores fueron del tipo “crank” que trabajen bien cerca del fondo, pero sin venir “rebotando”, porque en esa condición no los tomaban. Es importante por esto contar con varios tipos de paletas, para encontrar el que profundiza lo justo. También es importante que tengan el “rattling” adecuado, ya que, si es mucho o muy poco, no lo toman. De los usados por nosotros en esta jornada, el Payo “Mustang” se llevó la medalla de oro.
- Respecto a señuelos blandos (gomas):En lo posible con “colita” tipo pala, chicos, “traileados” con chucharitas muy chicas (tipo meppsnro 0).De nuevo, engaño sutil. Acá la medalla se la llevaron las gomas Payo “Nambada”, chicas, en color blanco.
- Las moscas más rendidoras fueron imitación alevino de bagre, chicas.
- Fundamental traccionar los engaños de forma sutil y extremadamente lento, tirando pasado de donde creemos que se puede dar el pique, haciendo lo posible por no asustar a las tarus. En esta época hay que tener en cuenta que atacan por hambre y no por irritación, y que están aletargadas, con lo que, si usamos señuelos excesivamente ruidosos, lo más probable es que las espantemos.
- Prestar muchísima atención al pique, dado que, con el frío, los ataques no son a lo que acostumbramos en temporada, sino que son sumamente sutiles, a punto de poder confundirse con enganches si uno no está atento.
- No clavar inmediatamente al sentir el pique, dado que al hacer eso, y la taru tomar suave, casi siempre se termina perdiendo la presa. Dejar que la taru “coma” bien el engaño, y recién clavar ahí.
- Caminar mucho, moverse, buscar los lugares donde las costas del canal se acercan entre sí formando “cajones” y curvas.
Conclusiones
En pleno Invierno, con 10 grados a lo sumo, metimos un pescón de tarus con artificiales que muchas veces ni en temporada se da. Ahora, hay que preguntarse por qué. Y entre los muchos factores que influyeron (guía sumamente conocedor, artificiales adecuados, técnicas utilizadas correctamente, etc.) el más importante es: Porque se pescó en lugares privados, donde sólo el guía tiene permiso para acceder, y el recurso está muy cuidado. Lamentablemente, la pesca en lugares públicos es cada vez peor, y no tiene pinta de mejorar.
El tema es que más allá de los furtivos (a lo que hay que combatir denunciando) también está el “mal invisible” que es el peor, porque no está fuera de la ley y se hace sin querer (y aún dentro de la ley se puede hacer daño, porque la ley es demasiado amplia, y no contempla los diferentes ecosistemas). El pescador que pesca recreacionalmente y en un canalcito cerrado, que a veces ni llega a los 3 metros de ancho, va pesca y se lleva 3 tarus para comer, sin saberlo ni quererlo, está generando un gran impacto, dado que, si multiplicamos esas 3 tarus por todos los que pescan, nos damos cuenta de que no hay especie que aguante. Esto no implica que esté mal comer pescado, simplemente comprender que no todos los entornos son iguales, ni tienen la misma densidad poblacional… y no es lo mismo sacrificar 3 ejemplares en un lugar que en otro. (Siempre hablamos de 3 porque es lo establecido por la ley provincial).
Amigo lector, sólo le pedimos una cosa:
Antes de matar una taru, recuerde la pelea que le regaló, y piense que le da mas satisfacción, si la aventura, el campo, el barro, los señuelos rayados, y todo lo que implica la pesca de este hermoso bicho, o una triste empanada. Si, como nosotros, es taruchero de corazón, la respuesta va a venir sola.
Llega la noche, y de nuevo, nos encuentra en el camino. Volviendo. ¿O yendo? Ya no lo sabemos. Y eso es porque siempre,invariablemente, después de rodar, después de tanto camino, hay una nueva aventura. Siempre, al final, volvemos a vivir.
Texto y fotos: gentileza de Pinchando Mostros – Fernando Otero /Juan Otero | Servicios Ferreyra Fishing – Daniel Ferreyra: Salidas de pesca guiada en Junín: Tarariras en Spinning, BaitCast y Fly Cast. Carpas en Fly Cast. Alojamientos con todo el confort para el pescador deportivo.
1 comentario
ya que piden la pesca con devolucion estaria bueno que no uses triples en los señuelos y no uses el boga grip. te recomiendo pescar con mosca y sin rebarba en el anzuelo. saludos!!
ya que piden la pesca con devolucion estaria bueno que no uses triples en los señuelos y no uses el boga grip. te recomiendo pescar con mosca y sin rebarba en el anzuelo. saludos!!