Emprendimos el viaje junto a mi amigo Juanchi Anselmo de la mano de Gerardo Claro, amigo y representante de posada Arapari en Argentina…
Luego de un viaje largo y varias escalas hasta llegar al Lodge, comenzamos la aventura en el río trombetas. Un río muy distinto al que estamos acostumbrados los pescadores del litoral. Aguas claras, cascadas, muchas piedras y zonas muy profundas con el agua prácticamente muerta. Una flora y fauna impresionante que no se puede describir fácilmente, es algo que hay que vivirlo y grabarlo en las retinas.
En la primer jornada, como fanáticos del bait, comenzamos en la búsqueda del Tucunaré Thyrorus, una especie endémica que habita por encima de la cascada de Cachoeria Porteira. fue una pesca muy distinta a la que estamos acostumbrados los pescadores de dorados. El primer día hicimos mal las cosas hasta que fuimos entendiendo un poco el río. Tomaban en el pequeño remanso que se arma bien atrás de las piedras donde choca la correntada por lo que los tiros tenían que ser muy precisos. Es una especie muy selectiva de señuelos con nado más bien errático.
Usamos colores blancos cardenal o hueso, minows como INNA 90 y 110 por ejemplo. Además de los Tucunares (uno de ellos rozaba los 6 kg), Juanchi Anselmo concreto la captura de algunos trairaos. El segundo día, ya con un poquito más de conocimiento gracias a los consejos de Gerardo Claro, pudimos concretar varias capturas más pequeñas y algunos trairaos de buenos portes. Los días siguientes mi amigo Juanchi concreto la captura de un Tucunaré enorme con popper y Yo uno muy bueno con hélice. En superficie son un espectáculo!!!
El penúltimo día, luego de ir en busca de algunos Tucunarés por la mañana, nos dirigimos a acampar en la selva. En el camino aprovechamos para pescar algunas corvinas con Jumping jig y trairao con carnada. Juanchi metió un bicho enorme cercano a las dos cifras, un monstruo. Seguimos insistiendo a los trairones y tuve una sorpresa: una corrida tremenda al grito del guía: “Es un Pirarara”. Imparable con una caña de baitcasting de 25lbs. Después de 30 minutos de pelea y dos metidas en los palos, con la ayuda del guía pudimos levantar un monstruo de 40 kg.. un sueño cumplido!
El último día, ya más relajados, metimos dos tucunares muy lindos y emprendimos el regreso a la posada donde nos esperaban con un costillar a las brasas. Párrafo aparte para el hermoso grupo humano que formamos, personas que no nos conocíamos previamente. Gracias infinitas a Gerardo Claro y Diógenes Hoffman, todo excelente. Será hasta la próxima experiencia en el Amazonas, un viaje muy pero muy recomendable para el que ama la pesca con artificiales y grandes especies de cuero con carnada. Gran diversidad icticola, única.
Gentileza de Juan Pablo Flores
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