Cuando te das cuenta que el único tiempo perdido, es cuando no haces lo que gusta…
Nos mentimos con los kilómetros, diciendo que es más cerca de lo que realmente es, solo para convencer al otro para que nos acompañe o lleve. Nos mentimos con las cantidades, ¿no nos vamos a mentir con los tamaños?. Nos mentimos cuando decimos que ya está todo preparado. Sino nos preguntaban ya nos habíamos olvidados, pero tranquilos… ya teníamos todo preparado.
Salimos corriendo al súper rogando que no haya cerrado. ¿A quién no le pasó? Mentimos cuando somos los únicos que estamos pescando y nos piden prestado “ese señuelo” pero les decimos que no lo trajimos, o no es el mismo o mil cosas más. Nos mentimos y lo sabemos. Somos mentirosos seriales y con una velocidad e ingenio infinita.
En lo único que no nos vamos a mentir es que a partir de ésta cuarentena, no vamos a disfrutar de pescar… sino de estar pescando!!