Es un destino hermoso y cercano, su Delta rebosa de exuberancia natural en los 360° y el río Uruguay es un plus extra.. más limpio, más salvaje y más natural…
Esta salida, con foco en visitar el complejo “Altos de la Tinta”, se venía postergando durante semanas. Los cambios climáticos de esta época creo que tiene pocos precedentes; un día te presenta 36° y despejado, al día siguiente 10° y con lluvia… una locura para la pesca. Asi y todo no lo podíamos postergar y mas que se nos vienen las fechas complicadas: las fiestas, vacaciones, etc.
Pusimos fecha fija y quedamos. La idea era pescar todo el Miércoles, hacer noche allí y emprender el regreso el Jueves a la mañana. El complejo cuenta con todas la comodidades para disfrutar al máximo: guardería náutica, lanchas con guía, cabaña con TV, wifi, aire acondicionado, pileta de natación.. todo una maravilla.
Lamentablemente el día previo, el Martes, vino una sudestada que metió de golpe un metro de agua a todo el Delta. No había vuelta atrás, iba a estar muy difícil. Una de las peores cosas es el aumento del nivel de agua de forma brusca ya que plancha todo tipo de pesca. A esta altura de mí carrera de pescador, por decirlo de alguna manera, igualmente adoro los desafíos.
El día de pesca se presentó en buenas condiciones: totalmente despejado con una máxima de 33°. El otro enemigo, a parte de la crecida, era el viento que también es un indeseable protagonista. El río Uruguay era imposible, había que meterse por arroyos internos a buscar reparo y pescar allí. Cómo les decía, los escenarios son deslumbrantes de belleza. En ese marco la pesca, o el intento, se disfruta más.
Leo, el guía y dueño del complejo, nos acompaño. Un gran conocedor de ese intrincado Delta. La pesca, como suponíamos, estuvo muy difícil. Lógicamente empezamos buscándolas abajo. La idea era hacer una pesca solo con artificiales pero ante la dificultad de uno de los muchachos se armó para pescar con carnada de fondo. Usamos una pequeña anguila y Yo arme un Softbait lastrado que arrojaba a la orilla y lo iba trayendo muy despacito esperando caiga en el veril para tener ahí los ataques.
Pasaban los minutos y nada. El lugar era inmejorable pero nada, hasta que la carnada acusa un pique que no se pudo concretar. Empezamos a recorrer más lugares y cada uno de ellos era un paraíso Taruchero pero…. las chicas no aparecían. Le pedí al guía buscar aguas más claras, si podía ser, ya que la sudestada había enturbiado demasiado todo. Me dijo que conocía un par de arroyos que podrían haber permanecido limpios y hacia allá fuimos.
Dios que lugar que tiene este Delta. Vine varias veces y no deja de enamorarme. Ya casi era el mediodía. Llegamos a este arroyo que Leo tenía en mente y por suerte el agua estaba clara. Cambio el señuelo a uno blanco (agua clara / señuelo claro – agua turbia / señuelo oscuro), un Gozio Frog lastrado con una cuchara plateada para que haga mucho “flashing” debajo del agua aprovechando el sol que había.
Por fortuna surte efecto y tengo un ataque. No erré la clavada asique Tararira arriba de la lancha, la primera. Una alegría tremenda. A los minutos meto la segunda. Listo acá la rompemos pensé pero no salió ninguna más. Nos cansamos de castear para todos lados y nada. Leo nos llevo a otro arroyo.. a otro y a otro pero la pesca fue así: un par acá y otro más allá. Pudo haber sido peor, claro que si. El guía pone lo suyo y nosotros como pescadores ponemos lo nuestro, asi las cosas suceden. La pesca se sacó adelante. Espero volver pronto por la revancha ya que se que hay muchos y buenos ejemplares.
P.D: No hay muchas fotos ya que la nota es en el marco de una nota filmada para el programa de “Puerto Pesca” que saldrá la semana entrante por “América Sport” y que también la podrán ver en mí canal de YouTube. Están invitados , abrazo grande para todos y buenas pescas.
Gentileza de Walter Gastaldi