Esta es una de esas salidas que si las planearas no podrían salir tan bien. Hacía unos días estaba incomunicado y tenía que hacer unos arreglos en la casa rodante así que salí tempranito para los pagos de San Elias…
Al llegar a la guardería me encontré con el encargado y me dice: – “Ya te bajo la lancha!”. Lo miro sorprendido y le digo: – “Nooo, Yo no voy a salir!!”. Y me responde: – “¿Como? Me avisó Adrián que venía para acá!!”. – “La verdad no sé nada, estoy sin crédito y no vi nada en el grupo. Seguro tiene una salida“, le dije y me fui a trabajar. Al rato llegó Adrián y Mario al grito de: – “Ehhh no sabíamos que venías“.
Estaba sin crédito y no pude avisar en el grupo, vengo hacer unos arreglos a la casita. En un rato viene Gustav y vamos a ver unos lugares, a la noche cenamos en lo de Elías y mañanas salimos de nuevo. ¿Vos qué vas hacer?. Yo pensaba hacer los arreglos, pasar por unos charcos y me volvía a casa!!. – “Naaaaaa vamos a pescar todos“, me dice y de noche a lo de Elías. Ahí le mando mensaje que vas vos también. Así qué sin más acepté, ¿cómo rechazar TREMENDA INVITACIÓN?.
Me puse a terminar lo mío mientras llegaba Gustavo y le dimos una mano a los chicos en la lancha. Partimos rumbo al nuevo lugar para testear la zona y al llegar nos encontramos con un terreno ideal para hacer una excelente pesca. Desde el agua hasta la temperatura eran ideales. Así que ni lerdos ni perezosos comenzamos con lo nuestro.
Las primeras dientonas no tardaron en dar noticias, un poco tímidas pero con el paso de los señuelos comenzaron a ponerse rabiosas. Yo, por mi parte, las había puesto alteradas con las ranas de mi amigo Cristales Señuelos Rubi y no era para menos que se alterarán, ya estaban con toda la furia. Atacaban todo lo que se movía, era una FIESTA. A tal punto que San Elias mandaba mensaje para saber a la hora que íbamos y no le contestamos de tan entretenidos que estábamos. Le decimos “San Elias” por qué además de ser buena persona siempre está para salvarnos de los percances y solucionarnos muchos problemas.
La tarde caía y junto a ella un enjambre de mosquitos nos invitaron a irnos. Llegamos, nos pegamos una ducha y fuimos a comprar algunas bebidas para llevar. Al llegar a lo de Elías ya nos estaba esperando con un rico asado, hasta ensalada rusa había preparado. Ahí mismo nos dijo: – “Estoy de guardia, tengo que salir. Hagan como que la casa es suya”, y nos dejó solos. Va, solos no, con sus perros salchichas en compania (jajajaj).
Como nunca falta una anécdota en mis relatos, uno de estos perritos se enamoro de uno de nosotros.. que para no comprometer a nadie no voy a dar nombre (jajajaja) pero se imaginaran que no podíamos parar de reír y nuestro amigo tampoco hasta que llegó el dueño de casa y puso orden al grito: – “Todos a la mesa!!”. Cenamos un rico asado y quedamos haciendo una sobremesa compartiendo cuentos. Luego regresamos a la casa rodante para descansar y salir temprano al día siguiente. Ya descansados, despertamos temprano y ni lerdos ni perezosos con el termo en mano emprendimos la segunda salida en busca de un segundo point !!
Cómo era de esperar de la mano de “Los Felipes” los lugares rara vez fallan. Llegamos y esté prometía ser tan bueno como el otro. Las capturas no tardaron en llegar, fue un festín, muchas mas atrapadas y sobre todo: TODAS AL AGUA cómo corresponde. Así lo hacemos siempre, divulgando y predicando el cuidado de nuestra tierra, rios y las especies que en ella habitan.
Gentileza de Omar Saravi