Por culpa de esta maldita enfermedad llamada “Pesca” organizamos esta tremenda salida….
Por medio a Matías Jardim, amigo y guía de pesca de nuestra ciudad Salto Uruguay, se organizó la búsqueda de dorados para testear unos señuelos de Gonzalo junto a Marcelo Fasana, otro colega.
A las 8 de la mañana con un frío cortante por la brisa que corría y un sol tímido que las nubes negaban su aparición, pusimos la embarcación en el agua. Un río Uruguay repuntando mostraba condiciones ideales para abrir la temporada de invierno de los “tigres de río”.
Primeras vueltas y no aparecían, algún que otro toque tímido nos hacía navegar de lado a lado en la zona de salto chico. Llegando el mediodía Gonzalo logro las primeras capturas cerca de la costa Argentina pero los grandes se negaban a atacar. Ya se hablaba que los dorados estaban comiendo mal, pero eso no nos quitó el entusiasmo que teníamos.
Río arriba, yendo hacia la represa de Salto Grande, se notaba que estaba generando agua un poco oscura y la vegetación que pasaban aguas abajo nos daba algo de esperanza. En el límite con la zona, después de haber rastrillardo una hora, no nos dio ningún resultado. Volviendo a bajar por la costa Uruguaya apareció el primer cardumen que dio para sonreír y empezar a probar señuelos.
Otra vez pausa, el río empezó a bajar y volvimos a las correderas. Matías nos decía que las condiciones estaban para los grandes, pero no sabía el porqué. Fue ahí, casi cerrando la jornada, que dejo la caña en el posa mientras hacíamos trolling. En ese momento me dedique a sacar fotos y grabar algún vídeo cuando inesperadamente mientras hacía una toma de la caña se encorva y empieza a sonar la chicharra del reel…
Locura total al ver un hermoso ejemplar saltar a lo lejos. Los gritos de Matías dándome indicaciones para que no lo pierda hacían subir más la adrenalina que desbordaba en “El Padrino” (embarcación de Matías).
Una larga pelea para asegurar al “Rey” que no quería para nada acercarse a nosotros. Entre cabezazos y con sus saltos majestuosos termino rindiéndose. Ahí fue que Matías tomo el grip para asegurarlo, dejo de lado el grip para sacarlo abrazado del agua ya que estaba a punto de largar el señuelo.
Momento de euforia.. ese dorado no fue pescado por mí… fue de los cuatro: Gonzalo, Marcelo, Matías y Yo. Un cierre de oro mientras el sol se ocultaba en el horizonte Argentino diciendo “temporada invernal de dorados abierta”.
Gentileza de Gustavo Chappia de Cazadores De Taras