Hace un tiempo visitamos al querido Franco Romagnoli y conocimos las canchas a donde habitan estos colosos de las profundidades. No obstante, quedamos con una necesidad de probar ajustes y cambios que uno empieza, automáticamente, a registrar en la cabeza luego de conocer por primera vez cualquier lugar de pesca….
Fue así que nos decidimos a ir nuevamente a buscar “La Revancha”. En los días previos revivimos el armado de líneas propias aplicando algunas mañas. Básicamente apuntamos a cambiar el armado utilizando tanza de un buen grosor y algunos conectores, mezclando un chicote de acero en algunos casos.
Básicamente la línea la armamos con un chicote corte de nylon del 100 (unos 15 cm) en donde corre y trabaja el plomo (en este caso de 80). Seguido a eso, unido por un esmerillón fuerte, se desprenden las dos opciones: un chicote de 1 metro de nylon del 80 o de cable de acero 7×1 de 60 lbs (el mas fino que encuentren). Al final colocamos un azuelo 10/0 o 9/0 Katashi de la firma Tech. Con esta configuración lo que logramos es que la línea trabajo independiente entre el plomo y el chicote donde va a ir la carnada (anguila), dándole mas libertad y vuelo.
Directo a puerto, en la entrada de la ruta, nos encontramos con Ezequiel Tegacio (propietario de la firma Raptor Señuelos) que se sumó a acompañarnos, se sumo al desafío de ponerse a prueba con los Patí, a ver si daban una buena pelea. Llegamos al Rowing Club de Arroyo Seco y Franquito ya estaba cargando las bebidas en la heladera que trae la hermosa North Carolina debajo de la butaca central. Además tenia, a temperatura, el termo con café para cada uno y los famosos Muffins gigantes que te recargan las pilas inmediatamente.
Desayunamos rapidito, bajamos la lancha y allá íbamos. Entre niebla y rocío, sintiendo ese olor característico de aire puro, un poco fresco pero que de a poco empezaba a tener temperatura y prometía mucho. Llegamos a la primera cancha, encarnamos las anguilas y allá empezaban a bajar los plomos, unos 30 a 35 metros promedio en donde es la “casa” de estos gigantones pegajosos.
La modalidad para pescarlos es al garete, no es arrastrar el plomo sino mucho mas activa; si dejamos la linea de arrastre lo único que vamos a lograr es enganchar y perder chicotes a lo loco. Nos tenemos que enfocar en hacer “picar” el plomo y con eso venir barriendo el fondo sobre las piedras, prestando atención a dar mas línea si nuestro plomo deja de tocar o recuperar línea si esta tocando por demás (esto es debido a la irregularidad del fondo).
En cuanto a los piques son claros: un picotazo y se lleva todo o al revés, un toque y la línea se afloja. En la primera opción hay que dejarlo llevar y afirmarlo luego sin perder tensión, y en el segundo caso lo que debemos hacer es recuperar línea hasta sentir que se pone “pesada” (eso quiere decir que estamos llegando a la tensión entre caña y pez) para ahí afirmarlo y clavar. Es importante, en ambos casos, asegurar con 2 o 3 clavadas y nunca perder la tensión ya que por la fuerza de su boca (pensando que esta asegurado) nos puede escupir la carnada al lado de la lancha o a mitad de camino.
Aproximadamente a los 15 minutos de haber bajado las líneas tuvimos, en simultaneo, los primeros piques con mi viejo: dos lindos ejemplares que hicieron fuerte la pelea. Nos costo subirlos a la embarcación. El momento de batalla tiene tres instantes con dos opciones: o el pescado viene fácil y cuando llega arriba te vuelve loco; o te pelea en las tres etapas. Vamos a arrancar por esta última.
La primera etapa es post clavada, saca línea en buena cantidad hasta que podemos empezar a recuperar. A mitad de camino también sabe pegar una buena espantada que hace cabecear la caña y nuevamente saca sus buenos metros de linea un par de veces. La tercera es cuando sale arriba, este momento se junta con la primera opción. Cuando asoman arriba y pareciera que nos ven, automáticamente recuperan una cantidad de metros hacia el fondo que lo único que te sale decir es: “Noooooo!!!!, otra vez para abajo noooooo!!!“. Esto se repite varias veces hasta que podemos dominarlo y levantarlo; o en otros casos se nos va y puede hasta cortarnos.
El tercer integrante de este trío, debutante en esta pesca, tuvo su trofeo también inmediatamente. La cara de: “Que locura lo que pechea esto” era mas que evidente. Eze pesco con un equipo mas liviano que el mio, lo cual aumenta esa necesidad de fuerza para poder prepear los enojos de este bichito. En la lancha se sintieron y vivieron varias cosas pero el ruido a la resina de los pasahilos es impagable y a la vez asusta. El ruido del multifilamento saliendo del reel y los pasahilos en las corridas vuelven loco a cualquier oído.
El levantar estas bestias para una foto y devolverlas rápidamente escuchando ese ruido a queja, respiración y muchas veces parecido a un chancho realmente dan un folclore tremendo. A la hora de devolverlos al agua y liberarlos son firmados por un brocha de oro de una cola enorme que va desapareciendo en las profundidades plácidamente. Ni hablar de que con cada subida al lado de la lancha el coletazo que dan baña a mas de uno arriba de la embarcación,
Realmente la pesca del Pati es algo super recomendable. Si algo tengo que aconsejar, desde lo personal, es que sepan que van a dolerles los brazos y costillas un par de días después. Repasando los equipos usamos cañas de 6 y 7” con reels de bajo perfil tamaño 200 o 300. En lo personal use una caña Shimano Curado de 20 lbs y un Reel Dam Optimus 301, cargado con multifilamento de 60 lbs.
Espero hayan disfrutado la nota y los datos que para mi pueden ser de mucho interés.
Saludos cordiales, gentileza de Martin Docampo de 100% Pesca