Después de las fuertes lluvias de la primer semana de Enero y tras la re composición del río por las aguas lavadas de los campos, fuimos en busca de los lingotes que ya suponíamos podrían haber bajado detrás de las aguas de lluvia…
Al encontrarnos con un río ya recompuesto y lograr ver algunos dorados lomeando sobre el cauce, nuestras expectativas crecieron. El río otra vez estaba de nuestro lado. Desembarcamos a las 19hs, alistamos el campamento y con nuestra base de operaciones preparada nos movimos hacia los primeros pozos en busca de los amarillos.
No pasó mucho tiempo para que las aguas movidas por nuestra navegación se calmaran y nuestras carnadas se acomodaran en el fondo con el consecuente primer pique de la jornada: un hermoso dorado. Desanzuelado, foto y al agua. Para esta ocasión utilizamos líneas de plomo corredizo de 20gr y anzuelo 7/0, unido a un cable de acero de 40 lbs. Siendo el cascarudo la carnada más rendidora de esta jornada.
No pasó mucho para que el río nos vuelva a premiar con otro dorado un poco más grande. Foto y volvió al agua nadando hacia el pozo junto al resto de sus compañeros. Comparándolos con las primeras apariciones del dorado, el año pasado, se pronostica que esta temporada va a estar dictada por algunos de mayor porte. Tras varios piques y cuatro dorados concretado estábamos en hora de prender nuestro fogón, comer algo y descansar para la mañana que se nos avecinaba.
Ya bien descansados y mate en mano, nos propusimos alistar nuestros equipos de bait para buscar unas tarus por la mañana, sin perder de vista que desde nuestro campamento podíamos realizar algunos lances para el dorado. Grata fue la sorpresa cuando de repente nos sobresaltó la chicharra de mi reel. Tras la clavada, vimos correr la línea río arriba y hacia el medio del cauce, culminando con el hermoso salto de un dorado de los buenos. Tras una potente pelea pudimos vararlo, fotografiarlo y devolverlo a su hábitat, ¡un increíble ejemplar!
Ya habiendo coronado esta jornada, no nos quedamos con las ganas de hacerles unos tiros a las tarus, las cuales dijeron presente en gran cantidad, divirtiéndonos el resto de la mañana. Tras cinco concreciones de dorados y unas cuantas tarariras navegamos de vuelta hacia el club nautico de Baradero, felices como perro con dos colas.
Gentileza de Campamento Dorado
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