Ríos bajos y pocos lugares donde corre el agua me lleva a caminar de más buscando los rinconcitos en donde me gusta pescar…
A esta altura solo pesco donde a mí me gusta. En general para buscar doraditos tiene que moverse un poco de agua y la mosca “debería caminar”. Los pozos no son lo que más me atrae, tampoco colar agua en este tipo de lugares dónde uno ya sabe que tipo de dorado puede tentar (en general chicos, medianos y con mucha suerte una sorpresa).
Cada quien elije que tipo de pesca quiere hacer cada día ¿no?. A veces es hermoso colar agua a ciegas en un río como el Limay donde uno no sabe que puede hacer picar, otras veces solo se quiere pescar a pez visto y otras swingeando en una “correderita de juguete”, pero para eso se necesita que haya algo de agua que quiera fluir.
Fue una pesca áspera. Solo media docena de doraditos medianos (como el de la foto) y chiquitos. Pero estar en el campo siempre sirve para ventilar la mente, el cuerpo y el espíritu. Algo fundamental.
Gentileza de Mariano Ravizza