Eran las 10:30 hs y el Torneo estaba suspendido, toda la desazón invadiendo los sentidos, después del arduo trabajo del día anterior testando la cancha y las ganas a flor de piel nos miramos para reflexionar si nos decidíamos ir para Victoria..
La sudestada estaba bien plantada pero perdido por perdido, y pensando en que todos se iban a ir para las casas, finalmente nos decidimos: llame a Alvaro Verbauvede y le dije: – Estamos saliendo para allá. Partimos rumbo a Victoria con un renovado optimismo y emoción propios a la antesala de una nueva pesca, en segundos había quedado en el olvido la suspensión del torneo. Ya en viaje y a mitad del puente Rosario / Victoria me cae un mensaje de Alvaro: – Mira que esta muy feo, llueve y hay un viento terrible; a lo cual le contesto – Ya estamos llegando. Alvaro: – Ok, dale.
Llegamos a la guardería y él ya estaba ahí, realmente estaba feo. Tomamos unos amargos a esperar algún cambio pero no se producía, con una leve lluvia empezamos a cargar las cosas en la lancha y a las 12hs empezamos a navegar, no hacia falta ir muy lejos por suerte, hay Dorados cerca. Cuando Alvaro paró el motor y bajo el eléctrico me llamo la atención que no había estructuras aparentes a simple vista, ni palos, ni correderas.. nada, era como un lago. Lo bueno que había bastante reparo, oteo a mi alrededor y empiezo a ver ataques por todos lados: saltos de Dorados y de Sabalitos que salían fuera del agua escapando a las fauces de nuestro Tigre, era un frenesí alimenticio. Con los muchachos no lo podíamos creer.
Tiran Maxi y Fabian: los dos tienen ataques que no pueden concretar, el viento era terrible. Yo tiraba.. tiraba y no tenia ataques. Tira Fabi pero el viento hace de las suyas: el señuelo cae enredado y viene por la superficie dando vueltas, lo venia recogiendo rápido y sale un Dorado de atrás queriéndolo tomar sacando todo su cuerpo fuera del agua, era una locura total. Los ataques no eran tan seguidos, tenían muchísima comida y Yo no tenia un solo ataque en mis Bananas. Alvaro nos recomienda poner señuelos mas grandes, mas voluminosos. Maxi pone la mojarra grande de NG paleta quebrada, si bien tiene el mismo largo de las bananas son mas voluminosos.
Miro en mi caja y veo la “gorda sanguchera” ( El Gozio Shadow ) una mojarra bien voluminosa, ahi la cosa cambio y empezaron los ataques. En el transcurso Maxi había levantado un par, estábamos en pleno jolgorio y pensar que hace un rato estuvimos por irnos a casa. Después de sacar unos cuantos chiquitines Alvaro nos dice de mover a buscar algunos mas lindos, salimos hacia lo abierto y el panorama cambio. La verdad que nunca había pescado con señuelos en esa situación: olas de mas de un metro, la lancha se movía como loco y en la plataforma no tenes ningún sustento.
Le hicimos la primer pasada y con Maxi metimos un hermoso e inolvidable doblete haciendo equilibrio, parecía pesca de alta mar. Por razones sensatas no hicimos una segunda pasada, volvimos al reparo y seguimos deleitándonos con los acrobáticos Doradillos, recién eran las 14 hs y se estaba despejando todo pero a Alvaro lo estaban esperando para almorzar en la casa y decidimos cortar ahí para no abusar de su generosidad. Nos ofreció dejarnos la lancha “Un Fenómeno”, claro que no aceptamos, ya estábamos mas que satisfechos de como dimos vuelta la historia de un día totalmente perdido. Volvimos a puerto, nos dependimos de este gran amigo y fuimos a “El Canoero” lugar emblemático de comidas regionales donde Maxi invito unas tremendas empanas fritas de Pescado.
Con el estomago, el corazón y el alma mas que llena rumbeamos despacito para las casas. Gracias por el apoyo a las Firmas TECH TACKLE—– VML – Animal Lures —-Tsk Tsurikobo; a Maxi Sabanáutica , al compañero Fabian Strach Katz y por supuesto a Alvaro Verbauvede que nos salvo el día.
Gentileza de Walter Gastaldi
