09/02/21 Tarariras de Gualeguay

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Hacia mucho que no iba a pescar a Gualeguay, ciudad natal de toda mí familia, de grandes vivencias y pescas de mí infancia como juventud …

En esta ocasión fui con Damian y Pablo en la lancha de Martín Andersen, joven guía local, muy profesional y con mucho conocimiento de toda la zona. La idea original hablada cuando pactamos la salida era hacer mediodía en busca de las Tarariras y mediodía a los Dorados, todo en modalidad Baitcasting pero en el transcurso llovió no solo en la zona sino mucho en el Chaco y Corrientes por lo que las aguas bajaban sumamente turbias y nos dijo que era en vano perder tiempo tirándole señuelos a los Dorados. Podríamos, si queríamos, hacerle unos tiros con carnada.

Fue así que decidimos empezar con las Tarariras y solo probar con carnada anclados durante el almuerzo y después veríamos. A pesar que la lluvia solo sirvió para enturbiar el agua, todo seguía muy seco y al límite del desastre. Empezamos en un arroyo que nacía en el río Gualeguay de unos 70m. de longitud que se cortaba por falta de agua, de ancho escasos 6/7m. El cauce parecía una fondue de chocolate por lo turbia y espesa que se presentaba el agua. Calculé que no tendría más de 50 cm de profundidad.

¿Con que señuelo empezar?

Con el agua así es muy difícil de superficie así que decidí empezar con uno de Sub-superfice. Abrí la caja y puse el Grebe, un Crank de muy poderoso Rattling (sonido). Hice el lanzamiento y a los 50cm de recorrido ya tuvo un ataque pero fallido. Unas vueltas de manija, otro ataque y está vez con captura. Otro lanzamiento, otra captura. A la quinta Tararira supe que el lugar estaba apestado de peces, ideal para probar señuelos y su rendimiento.

En estás circunstancias no hay mérito del pescador, pesca cualquiera. Lógicamente un pescador experimentado va a sacar muchas más piezas que otro sin tanta destreza, pero son números nada más. Si nos controlamos en cuanto a querer sacar y sacar es el mejor momento para aprender. Para eso hay que hacer las cosas al revés: poner señuelos que no andarían en estás condiciones y trabajarlos de distintas maneras. Poner un color y otro del mismo señuelo para ver que diferencia hace con el color del agua, etc. Muchas pruebas.

 

El Kraken de Señuelos Payo

Así que saque ese crank y puse el nuevo de Payo: el Kraken, que también es de Sub-superficie pero es silent (sin sonido); iba a ser muy difícil de detectar con en estás condiciones pero mueve mucha agua y encontrando la velocidad correcta de recuperación tendría que funcionar. Lógicamente no como el anterior, en teoría, pero a eso íbamos: a salir de las teorías e ir a la práctica.

En el recorrido del primer tiro tuvo 3 ataques y los tres fallidos, mueve mucha agua. De los tres sentidos que usan las especies cazadoras para atacar un señuelo (lógicamente dejando el olfato de lado) tenían solo uno: la línea lateral que les advierte de vibraciones, no había efecto sonoro ni visual. El segundo tiro regule la velocidad de recogida y tuve mí captura , que me puso muy contento , probé varios tiros más con buenos resultados, es un crank que va a rendir mucho.

De ahí me fui a lo impensado: Superficie. Empecé lógicamente con señuelos con mucho sonido, el ataque en superficie tiene que ser muy certero por parte de la Tararira para concretar la captura. Primero fue el Whooper Popper que lógicamente anduvo. Después el Charca que también anduvo hasta que por ultimo pase a la prueba del Cobra: paseante de la nueva linea de señuelos en goma. Acá si que estuvo difícil, no solo no hacen sonido sino que tampoco lo veían. Fue al golpe. Lo arrojaba un poco más alto para que hiciera bastante ruido al caer y lo detecten, después lo movía en el lugar y solo así tuvo premio.

 

No los voy a aburrir mas con mis pruebas. Después de haber sacado incontables Tarariras y solo algunas de buen tamaño, muy pálidas como verán en las fotos, blancas… blancas )lo que se debe al color del agua donde habitan) le pedí a Martín si nos llevaba a otro lugar. Navegamos durante unos cuantos minutos y desembarcamos en otro arroyo un poco más ancho y más largo, no tan encajonado  y con el agua un tanto más clara  pero no mucho más.

Empecé a caminar el arroyo. Mis compañeros fueron a una laguna que había a unos metros. Puse de todo y nada funcionaba. En otra ocasión podría pensar que no había pescados pero si el guía nos trajo eso era impensable. Con el agua baja y muy caliente buscarían refugio en la frescura del barro, estarían bien pegadas al fondo. Recurrí a los softbait trabajándolos lento, ahi empezaron a atacar y fueron unas tras otra.

Acá empecé con pruebas de colores de gomas, con cuchara, sin cuchara. Al escuchar los chapoteos los otros muchachos se acercaron, habían tenido muy poca actividad donde estuvieron. Se activo tanto la zona que aparecieron unos chanchos con crías a ver qué pasaba y de paso se metieron a bañarse. Ya era hora de comer algo y el ímpetu de explorador que tengo ya quería mover a otro lugar.

 

Decidimos comer arriba de la lancha mientras probamos con carnada para tentar algún Dorado pero lo cierto es que o comíamos o hacíamos mover el plomo de buena manera. Así que lo dejamos quieto y nos dedicamos a comer. En la espera salieron un par de Paties bastante lindos para no haberlos buscado de la manera adecuada y a pleno mediodía. Ya no quedaban muchas opciones a como estaban las condiciones del río  así que después de comer repetimos el escueto pero lleno de Tarus. Arroyo del principio que no estuvo igual de fácil. Entre los tres, a la mañana, habíamos pinchado más de 100  pero increíblemente seguían saliendo.

Esto habla de lo importante que son los guías. Con las condiciones realmente adversas la verdad que estábamos teniendo una excelente pesca con lo que más nos gusta: los señuelos. Quizás dedicándole más tiempo a la carnada, hubiésemos tenido la oportunidad de dar con algún buen Dorado pero nos decidimos por lo otro. Ya volviendo paramos en otro arroyo y levantamos algunas más. Así se iba terminando este excelente día que lo cerramos navegando en un atardecer soñado, enrojecido como pocos para dejarnos sellado a fuego el deseo de volver.

Gentileza de Walter Gastaldi

Sobre el Autor

Walter Gastaldi

Con la pesca metida en cada célula, prácticamente nací con una caña en la mano, mi Abuelo y mi Padre fueron empleados en la AAP y crecí ahí. Me gusta compartir y guardar todas las salidas de pesca deportiva , con datos de la actividad y resultados que le sean útiles a todos los aficionados !

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