Los Esteros del Iberá representan un gran humedal de mas de 12000 km2, ubicado en la pcia. de Corrientes, y es el segundo mas grande del mundo, luego de Pantanal (Matto Grosso del Sur, Brasil)…
A partir de abril de 1983, el Iberá fue declarado Reserva Natural (ley 37.771); y en 1993 dentro de la Reserva se crea el Parque Provincial del Iberá (ley 4736) como zona núcleo de regulación estricta. Actualmente, la extensión total es de 550.000 hectareas. En idioma guaraní, Iberá significa “aguas brillantes”, en referencia al modo particular en que la luna se refleja sobre los esteros.
Se trata de una importante reserva de agua dulce de gran calidad, que tiene interés internacional (Convención de Ramsar). El sistema está compuesto por una vasta red de arroyos, canales, pantanos, bañados y lagunas que escurre muy lentamente debido a su escasa pendiente, y al taponamiento producido por la proliferación de especies palustres, desaguando finalmente en el río Paraná a través del río Corrientes.
Las lagunas son espejos de agua libres de vegetación emergente, representan las estructuras mas profundas (hasta 3 m), y su fondo arenoso o areno arcilloso está tapizado por especies vegetales. El agua tiene color castaño, debido a los altos tenores de sustancia orgánica disuelta, y es pobre en O2. El resto de las estructuras en general son bajas y el agua está cubierta por numerosas plantas acuáticas como juncos, aguapé, amapolas, repollitos, lentejas de agua e irupé.
En las zonas de esteros (ocupan la mayor superficie del humedal) los camalotales forman embalsados muy tupidos que se comportan como “islas flotantes” donde arraigan diversas especies, incluyendo ciperáceas, arbustos e inclusive árboles. Su fauna es numerosa, está representada por una gran diversidad de especies, y es habitual la observación de yacarés, carpinchos, ciervos de los pantanos e infinidad de aves, entre las que destaca el yetapá de collar, emblemático de los pastizales. También están presentes el lobito de río, la corzuela parda o guazuncho, los monos carayá, el gato montés, el gato de pajonal, zorros, lagarto overo y la boa curiyú, entre muchos otros.
En determinados sectores, se han reintroducido especies extinguidas hace tiempo por la caza ilegal, como el venado de las pampas, el oso hormiguero gigante, el tapir, el pecarí de collar, el aguará guazú y el guacamayo rojo. En la actualidad, en la isla San Alonso se están llevando a cabo trabajos para la reinserción del jaguar. La ictiofauna está representada por 125 especies de peces, y en la cima de la cadena alimenticia, reina el dorado.
La Elección
La pesca de dorados en el Iberá era una asignatura pendiente, que tras las situaciones tan difíciles vividas por la pandemia decidí no continuar postergando. El plan consistía en una salida de 6 días (del 16 al 21 de diciembre) con 4 jornadas de pesca. Rápidamente se plegó mi amigo y compañero de aventuras, Guillermo Cardinali, mientras otros desistieron por las cercanía de las Fiestas.
El Viaje
Partimos muy temprano desde la casa de Guillermo, en Olivos. El periplo transcurrió placenteramente a través de la RN 14, entre recuerdos de salidas pasadas y planes de pescas futuras. Tras recorrer las tierras entrerrianas, entramos a Corrientes a través del paso Mocoretá. Ahi presentamos los permisos requeridos por las autoridades por el contexto de la pandemia COVID.
Nuestro destino final era el pueblo de Concepción del Yaguareté Corá. Llegamos a media tarde y nos alojamos en el hotel Alondra I, un antiguo y pintoresco almacén de ramos generales restaurado donde fuímos muy bien atendidos por su personal. Ahí conocimos a Emiliano Basalo, quien sería nuestro guía de pesca en el Iberá.
A la mañana siguiente cargamos el equipaje en una camioneta conducida por Emiliano, y tras recorrer 27 km. entramos al Parque Iberá a través del Portal Carambola, previo paso por el puesto de guardaparque. Rápidamente nos embarcamos en una North Carolina 17, y navegando el canal Carambola nos adentramos en los esteros con su red interminable de estructuras. ¿Rumbo? A nuestro alojamiento “Iberá Ruguá” en el paraje Ñu Py, propiedad del lugareño Omar Rojas.
Equipos
Usamos equipos 6 y 8 con línea de flote tropical (Dorado Air Flo), leader de naylon Ottoni 0,50 mm de 9 pies de largo, y cable de acero Río de 40 lbs. Realizamos un 30 % con streamers y un 70 % con moscas de superficie.
Usamos streamers montados con plumas, silky fiber, flashabou y craftfur, lastrados con pequeños ojos de cadena. Los colores brillantes rindieron mejor, (rojo/blanco y chartreuse con blanco y/o naranja). Hubo momentos en que las tomadas fueron poco decididas y requirió acelerar los tirones, estar muy atentos al momento de clavar.
Las moscas de superficie dieron muy buenos resultados, provocando ataques furibundos, y generando en nosotros grandes dosis de adrenalina. Titanic slider, T-walk, y Crease Fly Popper, rindieron en forma superlativa, mientras que las imitaciones de ratas produjeron menos ataques. El dorado mas grande me lo dio una mosca de diseño propio derivado de la Titanic, a la que hace tiempo bauticé Ranic.
La Pesca
Como rasgo común en los 4 días de pesca comprobamos que en el Iberá los tirones exigen velocidad para “activar” a los dorados, tanto con streamers como con moscas de superficie. Respecto a la clavada es la clásica para dorados, con la puntera de la caña bien baja en dirección a la mosca y tirando de la línea sin modificar la posición de la caña.
El anzuelo con la rebaba aplastada (uso obligatorio) facilita la clavada, pero para evitar que se desprenda, exige durante la lucha una buena conexión con el pez a través de una firme tensión de la línea con la caña levantada. Respecto a las palometas, tuvimos suerte, y salvo 3 ejemplares pudimos esquivarlas, resguardando la integridad de nuestras moscas.
Lagunas
Se trata de una pesca en general sencilla, tanto con streamers como con moscas de superficie, pues la lucha, una vez clavado el dorado, se desarrolla en espacios amplios donde la vegetación predominante son los juncos. También la ausencia de corrientes es un factor que favorece al pescador.
Entradas y salidas de canales a lagunas
Estas zonas constituyen estructuras “calientes”, donde los dorados suelen acechar a sus presas. Los lanzamientos no son complicados, pero una vez producida la clavada, hay que evitar que el dorado “se gane” hacia los pequeños canales, donde debido a su profusa vegetación, la lucha puede complicarse.
Pequeños canales
Se trata de canales que discurren entre esteros y embalsados. Su recorrido es sinuoso y sus límites laterales son cerrados por densos mantos de vegetación enraizada y flotante. Constituyen uno de los sitios mas atractivos para la pesca, y mas aún los que no superan los 3 m. de ancho (la North Carolina 17 tiene 1,95m. de manga). Durante el recorrido, el guía impulsa la embarcación con un botador, mientras el pescador va realizando los lanzamientos.
Posiblemente se trata de la estructura mas exigente en cuanto a pesca, pues los lanzamientos requieren de una buena dinámica y de recursos técnicos, donde la correcciones aéreas suelen ser imprescindibles. Una vez clavado, hay que “prepear” firmemente al dorado, para evitar que se introduzca debajo de la vegetación.
Esteros
Fue la estructura de pesca que mas me gustó. Son áreas de aguas quietas, o de escurrimiento muy lento, con gran cantidad de vegetación flotante pero de baja densidad , y juncales ralos. La embarcación es impulsada por el guía con el botador, mientras el pescador explora todas las áreas de pesca a través de ejercicios muy dinámicos de levante y tendido, con rápidos cambios de direcciones, y correcciones aéreas.
Es impresionante la calidad de la tomada cuando se pesca con moscas de superficie, donde las Titanic y las T-walk se llevaron todas las cucardas. La explosión en el agua que un buen dorado produce en un medio tan apacible, eriza los pelos de hasta el pescador mas experimentado. Una vez clavado, hay que manejar muy bien las primeras embestidas, pues la posibilidad de enredos y pérdida de la captura en plantas, ramas o troncos, es grande.
Un punto fundamental en cuanto a la pesca en pequeños canales y esteros, es que luego de clavado el dorado, la técnica de recoger la línea con la mano, produce menos pérdidas de capturas. Muchas veces, el hecho de tratar de recoger con el reel la línea suelta, produce disminución de contacto con la presa, y en ambientes cerrados por vegetación, puede facilitar que el dorado se enrede en la misma zafando del anzuelo, potenciado aún mas por la ausencia de rebaba.
Balance de la salida
Sin dudas, considero que la experiencia fue muy positiva, y suma a la trayectoria de un pescador. Se trata de una pesca de calidad, en cuanto al nivel de los ejemplares, y al contexto donde se realiza. Hay dorados de portes muy interesantes, con una coloración oscura que los distingue, y los hace muy atractivos. Son ejemplares con muy buen estado corporal, y que tienen disponible una importante cantidad de alimento.
Respecto a su energía, tienen una gran tomada y muy buenos momentos de lucha inicial (corrida, saltos y cabezazos) que luego tiende a diluírse; considero que la ausencia de corrientes, y una menor cantidad de O2 disuelto en el agua, son factores que contribuyen a acortar el tiempo de lucha.
Como elementos compensadores, la pesca en los pequeños canales y en la zonas de esteros, introducen exigencias respecto al lanzamiento y al manejo de la presa una vez clavada, que la torna diferente en cuanto a mérito y calidad. También me resulta importante destacar, el grado de excelencia de nuestro guía, Emiliano Basalo, en cuanto a profesionalismo, conocimientos y vocación de servicio, sin el cual no podríamos haber realizado tan buena pesca.
Gentileza de Patricio Scorza