El celu sonó y no había muchas vueltas, era Pedrito Prats diciendome: ·Vengan el sábado con tu viejo, ya vi arrimar al peje”…
El Sábado ahí estuvimos firmes subiendo al Aramendi Islero y acomodando bolsos. Sabíamos que el agua no estaba fría, aun le faltaban bajar unos 8 grados y el día no ayudaba. Viento Noreste y bien nublado. No me pregunten porque, pero mi experiencias en la especie me dice que con sol ven sombras o algo con las boyas y la actividad es distinta.
Llegamos a la punta de la primera cancha, armamos los equipos y empezamos a remar el garete. En la zona la pesca es mas bien dinámica, hay que estar jugando mucho con las líneas buscando arrimar en algunos lugares a los juncales, en otros se va afuera y en algunos a la linea de garete. Otra particularidad es que la pesca en este caso la íbamos a hacer hacia adelante…. en sentido de la deriva. Con el viento Sur esto es mas simple, ya que el viento permite el distanciamiento leve de las las boyas, a la vez que frena la embarcación.
Un punto curioso que nos contaba – nuestro amigo y guía – es que en la zona se arma al revés la línea, es decir, las boyas y brazoladas invertidas al estilo convencional. En cuanto a la acción y pique es lo opuesto a las lagunas o el Río de la Plata. Apenas acciona la boya hay que clavar, sino ya es tarde. La premisa es “a boya hundida, se te va”. Fue así que los primeros piques no tardaban en llegar. Ni bien cayó mi linea al agua desapareció sin darme tiempo a nada.
El grito de Pedro al canto de “Nooo… me rompe todooo” hacia ver un dorado de unos 3 kilos exigiendo el equipo al máximo, salvado probablemente por el anzuelo de pata larga. Mi viejo iba coleccionando especies cazadoras, una atrás de otra, en pocos tiros. Curiosamente no eran pejes sino las “alimañias” que aun siguen activas por el clima como lo son las manduvas, doradillos, pirapitas, pequeños machetitos, lachas y las tediosas anchoas.
Sobre las orillas la actividad,en estos primeros metros, era tremenda. Saliendo hacia el río se veían lomos de pejerrey jugando.Cambiamos orden: uno sobre el margen interno cerca de los juncos, uno al medio del garete y uno en el margen hacia afuera. Un rato y rotábamos, así todos pasábamos por la posición. El primer pique de peje fue seco…. explosivo y se nos fue. No tardamos en caerle al mismo lugar y una flecha de 800 gramos subía a la embarcación. Así arrancamos el día.
Muchísima actividad, muchas especies que hasta nos hacia reprocharnos el no llevar equipos de bait o mosca, pero el objetivo era el peje. Mas de 6 cortes de lineas de los dorados activos, muchas anchoas y demás cazadores para reondear un día positivo y de buena camaradería. Los equipos utilizados: linea de 3 boyas, cañas telescópicas y en mi caso de 3 tramos con reel frontal cargado de multifilamento. Las brazoladas escalonadas y regulándolas según la actividad. Muchas veces abajo nos agarraban otras especies, subíamos 10 cm y comía el peje. Al rato era al revés.
Gentileza de Martin Docampo de 100%Pesca | Nota publicada en la Edición 70 de la Revista #Online #SentilaPesca #Mayo2019