Después de haber estado por más de 6 años sin pescar Pejerreyes me le anime otra vez y desde que empezó la temporada visite varias lagunas: Adela, Chis Chis, Vitel, La Nueva y La Boca, todas con linda pesca…
Pero… al ver los grandes Pejerreyes que estaban saliendo en el río más ancho del mundo, nuestro querido Río de La Plata, no podía dejar pasar la oportunidad de ir por ellos. Lógicamente para esta pesca calificada hace falta un guía conocedor, fue el caso de Claudio Cairo.
Es sumamente importante el guía, como digo siempre “El Riopla es un río que lo tiene todo pero no regala nada“. No hay dos días iguales, ni de condiciones ni de pesca… es un rio muy susceptible a vientos y mareas haciéndolo muy poco predecible. A todo eso hay que sumarle encontrar los peces en esa inmensidad de agua, de ahí radica la importancia de un buen guía.
El día en cuestión no fue de lo mejor, uno de los más fríos del año… nublado y con viento sur, pero bueno ya estaba todo pautado. A las 7am ya estábamos ahí con Coco. Todavía era muy de noche y Claudio ya tenía la lancha en el agua así que fuimos subiendo las cosas con calma. Le dimos una recorrida a la guardería “Suelten Amarras”, muy lindas y con todas las comodidades en Villa La Ñata. Cuando aparecieron las primeras luces del alba fue señal para salir.
La navegación dentro del canal fue placentera. Al salir al Luján se torno turbulenta y al llegar a Río abierto (con esos 25 km de viento Sudeste) fue temeraria.. casi imposible. Acá también hace diferencia una buena embarcación, las olas pegaban fuerte contra el casco y nos mojaba. Se hizo larga la navegación hasta que por fin llegamos a la zona designada por Claudio para la pesca del día en esas condiciones. Recién ahí pudimos empezar a armar los equipos.
Hablando de ello, lo recomendable son cañas de entre 4 y 4,5 m con reel frontal como rotativo cargados con multi o monofilamento. En cuanto a las líneas son un poco a gusto, lo que si las boyas deben ser bien grandes ya que acá se pesca bastante alejado de la embarcación; y bastante puede ser entre 50/70m o más así que si no tienen un buen tamaño no las vamos a ver. Anda muy bien el estilo de línea tramposa y de dos boyas más bigotera, las brazoladas generalmente cortas entre 10/15cm.
Se pesca al garete con ancla de capa, que suele tener la embarcación bien estabilizada para un correcto garete; cosa que con la marejada que teníamos era muy difícil. Claudio pone una ceba en proa y otra en popa logrando una excelente calle donde situamos las líneas. La profundidad oscilaba entre 1 y 4m. Los primeros piques se hicieron esperar.
Me llamo la atención la gran camaradería entre los guías, por radio se comunicaban continuamente contándose el estado del pique. Como les dije hay que encontrar el pescado en esa inmensidad de agua. Estaban todos igual, con poco pique, hasta que Claudio acusa el primero. No podía creer el pedazo de Pejerrey que sacó, hermoso pescado. Tremendo a los que venía pescando en las lagunas. Al rato saca otro también muy bueno, todos entre los 800grs y el Kilo.
Entre medio me contaba Claudio que salen los más normales pero no era el caso de hoy, pocos piques y espaciados pero de grandes portes. Claudio se lucia, tenia muchos mas resultados. Me di cuenta que la diferencia sustancial estaba en que los piques realmente se daban muy lejos, imposible ver el pique en la boya, se siente al tacto. Yo si no puedo ver el pique en la boya no me interesa mucho pescarlo, para mi ver la boya salir de costado es casi la esencia misma de la pesca de esta especie. Y a consecuencia de esto me pasaba recogiendo, trayendo a la distancia optima de observación para ver un pique; esto lógicamente achico muchos mis chances de pescar pero así me gusta.
Coco también tuvo sus buenos Pejesaurios. La verdad que por el día que nos toco la pesca fue mas que interesante. Me invita a volver con mejores condiciones, al menos climáticas, ya que la pesca en el mas ancho del mundo siempre es un hermoso y gran interrogante.
Gentileza de Walter Gastaldi
