El día Jueves nos llama nuestro amigo y guía de pesca en Paso de la Patria: Juan Pablo Calderaro y nos informa que la pesca estaba excelente, que aprovechemos a ir…
No dudamos ni un segundo y el día Domingo ya estábamos en ruta para recorrer los 1150 km que nos separan de ese Paraíso de grandes bestias. Este viaje lo armamos con mi hermano Augusto y mi viejo Ruben “Olegario” Freyr. Después de tantos años salimos los 3 con la ilusión de realizar juntos una buena pesca y vivir una semana inolvidable.
Llegamos a Paso de la Patria donde nos esperaba Juan Pablo “El Bigua” (como le decimos nosotros) y nos puso al tanto de como venia la pesca, en que modalidad, horarios y hasta con cuales especies podría dar. La ansiedad crecía segundo a segundo, así que nos fuimos a descansar un poco para el Lunes a primera hora estar en el agua.
El primer día arrancamos con señuelos haciendo trolling en una piedra que el día anterior había tenido varios piques. Estaba difícil porque los porte eran importantes y enseguida estas bestias buscaban las piedras, acto seguido venia el corte. En la segunda pasada clavamos un dorado de buen porte que luego de un salto majestuoso largó el señuelo. La ansiedad del primer día nos hizo errar varios piques.
A media mañana, en una pasada, mi viejo clava un surubi que no dejaba de sacar multi, claramente le gano la piedra haciendo un corte al instante. Bronca y alegría a la vez, esto esta dentro de las reglas de juego. El calor empezó a apretar y decidimos volver a puerto para descansar un poco y retomar a la tarde. Ya cayendo la noche dimos con la primer bestia dorada, un hermoso ejemplar de unos 15 kg. Rápidamente fotos, vídeos, devolución y volvimos a hacer una pasada por esa piedra que parecía tener mucha actividad. Enseguida otro ataque y clavada de mi viejo: hermoso dorado.
La jornada siguiente “el Bigua” nos dice: “Vamos a pasar con carnada por la piedra, tienen que agarrar mejor“. Pero el día no acompaño con una fuerte tormenta a la mañana así que a la tarde salimos con las ilusiones intactas. Hicimos varia pasadas con carnada hasta que mi línea cae en un pozón y siento una terrible corrida que casi me saca la caña de la mano. Me afirmo, clavo y la caña se queda muda mientras el nylon salía del reel. Yo solo intentaba tener firme la caña. Fueron 10 min de furia. No sabíamos que era, si un surubi grande o ¿que?. Yo lo único que sabia que pesado era seguro.
Le paso a caña a mi hermano para que sienta esa sensación de haber enganchado el tapón del río. Luego de varios minutos salio el primer burbujón y después otro. Cuando lo vimos no podíamos creer el terrible manguruyu que había picado. Un verdadero monstruo de río. Luchamos un ratito para subirlo a la embarcación, sacarnos fotos, filmamos e hicimos la correspondiente devolución de esa bestia. Pesaba arriba de los 50 kg seguro. Nos volvimos a puerto impresionados y felices.
Juan Pablo, nuestro guía, seguía insistiendo que con carnada íbamos a tener muy buenos resultados y no le erró. El día fue una fiesta de dorados grandes pero grandes, según la balanza del bogagrip estiman 12, 15 y 17 kg. Los cortes que tuvimos no los podíamos frenar con nylon del 60, chicote de fluorocabon del 70 y asi todo cortaban.
Felices por la pesca que teníamos pero todavía quedaba tiempo para una sorpresa más. El ultimo día de pesca, en la primer pasada, mi viejo clava su primer surubi. Un hermoso cachorro que se disfruto como el mejor trofeo. A la tarde, luego de varios cortes durante la jornada salió el “trofeo gold” del viaje: un terrible dorado de 1,05 m de largo y mas de 20kg de potencia. Ahí si, luego del vídeo y las fotos su devolución. Increíbles bestias tiene el alto Paraná, ojala sepan cuidarlo.
Feliz del viaje realizado y super agradecido a Juan Pablo Calderaro que nos dio la posibilidad de lograr estas jornadas y poner en nuestras cañas estas Bestias del Alto Paraná. Gracias “Bigua”.
Gentileza de Facundo Freyre
