Todo comenzó con una mojarrera

No olvido jamás estas cañitas, no solamente por la magia de ver hundirse la boyita ante el pique sino además porque me recuerdan esas épocas de inocencia y alegría en que conocía un mundo nuevo llamado pesca..

Momentos que viví y descubrí junto a varios “amiguitos” de la infancia recorriendo arroyos y lagunas con miles de historias, travesuras y viajes que pasé junto a ellos. Algo que nunca podre olvidar y fue forjando un camino sin retorno en mi persona con esta pasión, la cual como desde sus comienzos la vivo y la disfruto junto a los amigos!!!

Viajar de pesca con amigos es maravilloso.. la ruta, los mates, las charlas, los almuerzos y cenas en lugares desconocidos, festejar las capturas, las cargadas continuas, las competencias sanas, trabajar varias veces en equipo, etc, etc… y todo ese lazo que nos une, discutiendo sobre técnicas, lugares, especies y miles de temas más, me hace ver que son lo más importante que uno pueda tener.

La mojarrera es mucho más que una compañera fiel de cada salida para sacar carnada, hay que tratar de llevarla siempre en la mente, aunque no la usemos tanto, para no perder la humildad y saber como comenzamos. Varios amigos veo que se confunden y discriminan.. justamente van en contra de la amistad por creer que los nuevos conocimientos o técnicas que aprendieron son más elaboradas, mejores o más cool que otras descuidando los orígenes y a los amigos que valen muchísimo más que una foto con un equipo costoso en un sitio top!

Siempre digo que para mí la pesca no tendría sentido alguno sin los amigos, “es lo mas valioso del equipamiento, justamente porque los amigos no se pueden comprar“. A todos mis amigos reales que están siempre para dar una mano en lo que sea y para aquellos virtuales, que seguramente algún día conoceré, les mando un fuerte abrazo!!

Gentileza de David Dau