La región pampeana no siempre ha tenido el paisaje que vemos actualmente. “En el período denominado Ultimo Máximo Glacial, hace unos 20 mil años, fue una zona inhóspita, con dunas y vientos similares a los del desierto. Posteriormente sufrió cambios vinculados a las oscilaciones climáticas, que pueden ser analizados en el registro geológico”. Así lo determinó un estudio difundido por la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y publicado en la revista Nature.
“El delta del Paraná, en el noreste de la Pampa Norte, es un sistema muy susceptible a los cambios ambientales y constituye un archivo de los últimos miles de años de la historia de la región, de gran importancia para América del Sur,”, indicó Daniela Kröhling, investigadora del CONICET, que desarrolla su trabajo en la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la UNL. La geóloga es coautora de un trabajo científico cuyo primer autor es Juan Pablo Milana, investigador del CONICET y de la Universidad Nacional de San Juan.
“Como los pronósticos de cambio climático indican que marchamos hacia una condición cálida, con fusión de glaciares y el consiguiente aumento del nivel del mar, es importante estudiar la respuesta de las diferentes regiones frente a determinados períodos climáticos extremos a fin de la elaboración de mapas de riesgo natural y de un pronóstico más completo“, dijo Krölhing en el informe difundido por la UNL.
El futuro según los escenarios de cambio climático
El Delta del Paraná, con sus 17.400 km2, es una fuente privilegiada de información sobre el pasado. Al estar protegido de la acción marina directa debido a que se localiza en el estuario del Río de la Plata, conserva un área de cordones costeros, elementos del paisaje que permiten recrear las fluctuaciones de este ambiente de transición. Según la mayor parte de los investigadores, el delta actual comenzó a desarrollarse luego de la última ingresión marina, ocurrida hace 6.000 años aproximadamente, cuando el mar alcanzó una altura de 5 m por encima del nivel actual y llegó hasta muy cerca de la ciudad de Diamante, en Entre Ríos.
Dos cambios principales ocurrieron durante la construcción del delta: la formación de cordones costeros generados por el oleaje y su casi completa desaparición. Estos cambios habrían estado condicionados por las variaciones en la intensidad o en la dirección del viento, indicando un período de fuertes vientos entre 5300 y 1720 años antes del presente.
Fuente: LaNacion – Laura Rocha