Pocas especies de nuestros ríos tienen una boca tan amedrentadora como la del chafalote. Los guaranies lo llamaron “pira yagua”, “pez perro” y esa analogía canina esta también presente en su nombre científico ( vulpinus deriva de vulpes: zorro).
Los grandes colmillos brindan al chafalote una mordida tan eficaz que hace difícil que la pobre presa que cayo en sus fauces tenga chance de supervivencia. Se desplazan en cardúmenes, mostrando intensa actividad al atardecer, cuando es posible observar en la desembocadura de arrouos en cauces mayores los destellos plateados de estos peces arremetiendo contra algún cardumen de mojarras.
Los machetes, como también se los conoce por su cuerpo semejante a esa herramienta, habitan en todas las aguas de la cuenca del Plata. No parecen tolerar bien las bajas temperaturas, por lo que las poblaciones del Delta y Rio de la Plata migran al norte en invierno, aunque algunos ejemplares juveniles permanecen allí todo el año.
Sus espectaculares saltos al ser prendido del anzuelo lo convierten en un pez muy apreciado por los pescadores deportivos, pero su carne no tiene aceptación por sus muchas espinitas.
Fuente: 100 peces Argentinos (Hernan Laita – Gustavo Aparicio)
