Hay personas que todavía creen que el “catch and release” no sirve y que en verdad es dañino…
Yo tengo mi opinión formada, aunque no tengo estadísticas concretas para poder debatir con fundamento técnico. Pero lo que si tengo es experiencia en el río y ejemplos como este. Dos pescadores distintos, en el mismo lugar, pescaron la misma trucha, con casi dos años y medio de diferencia. Una golondrina no es primavera, pero cada cual sabrá que conclusiones hacer. El crédito del hallazgo es para Javier Peña quien la pescó en 2015 y supo darse cuenta que la otra foto era de la misma trucha que el mismo había pescado.
Me ha pasado varias veces como pescador y guía. Las veces que pude darme cuenta fue porque la trucha, tal como le pasó a Patricio Rondini, tenía una seña particular inconfundible y fue en el mismo sector del río, o bien porque comparando fotografías pude ver que se trataba de la misma trucha.
Un ejemplo concreto me sucedió guiando en el Chimehuín, donde un pescador francés, pesca una marrón a la que le faltaba un trocito de aleta pectoral como si hubiera sido cortada con tijera. Y a los tres días con un pescador argentino, en el mismo lugar, sale la misma trucha nuevamente. Con las truchas es mucho más fácil reconocerlas por el patrón de manchas, que es como una huella digital. único en cada ejemplar.
Siempre pensé que la evolución máxima de un pescador es llegar a un día en que solo lo satisfaga la observación. Yo puedo decir, contrariamente tal vez a lo que muchos piensen, que desde que me dedico profesionalmente a documentar pesca cada vez pesco menos, disfruto mas observar y filmar. No se si dejaré de pescar algún día…quien sabe.
Gentileza de Pablo Saracco
