Tras los últimos calores de mayo aproveché una tarde para buscar tarariras con mosca en una laguna al fondo de mi casa (Dpto de Canelones) donde de niño comencé junto a mi hermano a realizar las primeras pesquerías. Llegué al lugar que se presentaba muy bueno, agua clara y al resguardo de la brisa otoñal hacían el escenario perfecto para nuestro juego.
Primero le tomé fotos a las moscas que pensaba utilizar antes de mojarlas y para comenzar coloqué una He Wather roja. Con esta no obtuve ninguna respuesta y cambié por otra del mismo tipo pero atada en colores violetas y lilas. En el primer intento con esta mosca una pequeña tararira la toma muy bien y cuando la tenía casi pronta para levantar logra quitarse el anzuelo ganándome la pelea.
Me cambié de sector y en un hueco entre los camalotes encuentro otra que atacaba una y otra vez pero sin acertar el tarascón. Luego de tres ataques fallidos cambio por otra mosca seca (“Rifle Exprés”) con la cual logré que atacara más decididamente en varias oportunidades hasta que la toma bien y puedo hacerme con la primera captura de la tarde. Se trataba de una Overa que es el apodo que le han dado a la Australis, la última sub especie de tararira encontrada en nuestro país.
Fué sorprendente ver como repitió los ataques unas diez veces y en varios de ellos tomó la mosca y la revolqué con el mosquetazo pero al siguiente intento volvía atacar. Estaba tan decidida a tomar aquel engaño como yo de pescarla (para mí quería salir en la foto).Rápidas fotos de rigor y al agua nuevamente. Vuelvo al sector que había comenzado a probar y enseguida prendo otra overa de similar porte. Eran pequeñas pero con el instinto de las adultas y atacando en superficie con equipo de mosca lo que me brindaba mas placer.
La mosca Rifle Exprés es casi un popper, de cola estoy utilizando cuero de conejo que aguanta más ataques que dos plumas opuestas de pavo o perdiz que son las que utilizo para este atado. Un mechón de pelo de siervo Deer Belly para hacer el cuerpo apretadito en la pata del anzuelo y otro mechón para hacer la parte frontal que popea y le da esa vibración particular que atrae a las hoplias. Como estaba cumplido con las dos capturas logradas con esa mosca cambio para un popper de goma eva. El popper es casi un señuelo pero es tan liviano que es imposible de lanzar con un equipo de spinning o bait. Me gusta utilizarlos siempre que puedo porque es una manera de mostrarles a los que se inician o que ven la pesca con mosca como una modalidad cara que no es así.
El equipo cuesta lo mismo que uno de baitcasting o spinning y cada artificial (por más sofisticados que sean los materiales con que atamos las mosca) siempre son menos costosos. Fíjense que en este popper de goma eva el costo es el del anzuelo, ya que la eva es un recorte que no tiene valor y la cola la pueden hacer con las fibras que tengan a mano. (Pelos, plumas, cuero, cordón, flecos, etc.)
apturé una de estas activas overas con dicho popper y volví a la mosca rifle porque estaba tentando mucho mejor a estas pequeñas y activas tarariras que se adueñaron de la laguna de mi infancia ya que no logré ninguna malabáricus pero sí algunas australis más.
Recuerden; tanto a finales como a principio de temporada y quizás también esas tardes cálidas de invierno, si quieren lograr algún ataque de tararira lo mejor es buscar lagunas pequeñas que es donde mejor calienta el agua, lo mejor es utilizar artificiales de fibras que den naturalidad en las mordidas y que sean pequeños para que las aletargadas tarariras que estén aprovechando ese día de sol se tienten a atacar fuera de época.
Fuente: Revista Uruguay Aventura .
