28/08/18 Jurasic del Plata- Pesca de grandes pejerreyes

Por Mauricio Oñate | El 25 de Agosto hicimos una pesca de grandes pejerreyes en el río de la plata zona norte. El promedio de peso de los mismos estuvo en el orden de los 850 gramos.

La pesca del día
Amanecía con 4 grados de temperatura y vientos moderados del cuadrante sur/suroeste. A las 8,15am zarpamos de San Fernando 4 pescadores y quién escribe al mando de Biguá – lancha de 6,50 m de eslora, potenciada con un motor Suzuky de 175 hp 4 tiempos, embarcación de Delta Aventura -.

El cielo estaba diáfano. El sol ya se había trepado a la copa de los árboles y muchas otras lanchas navegaban por el río luján. Los pescadores habían dejado su carga de tristezas, dolores, frustraciones y estrés de la vida diaria en los muelles de las guarderías.

El río de la plata nos recibio con una importante marejada. Hicimos rumbo este/noreste y luego de romper espumas de ola durante unos 40 minutos detuvimos el motor, ubicamos el ancla de capa y comenzaron los preparativos de líneas, cañas y carnadas. Es grande, es grande!!! – comentaba Gaby al recoger su línea -, mientras del otro lado un gigante plateado tironeaba y hacía corridas laterales combinadas con saltos y cabezazos dignos de los mejores peces deportivos.

Y así, sin anestesia y sin ningún tipo de advertencia, Gaby colocaba la vara bien alta con el que al final del día fue el peje más grande: 1,780 kg y 58 cm. Que pedazo de pejerrey!!!! Y ahora, ¿¿que nos queda??. Todos los pejes que saquemos nos van a parecer chicos!!! Comentaban en la proa. Los piques comenzaron a sucederse uno tras otro. Los pescadores estaban felices!!! Los pejes no bajaban del kilo y si bien ninguno volvió a ser tan grande como el primero, varios estaban en los 55 a 57 cm.

El viento aumentaba, las olas crecían y los pejes, ahora un poco más espaciados, seguían picando. Era hora de retomar el garete de la mañana. Líneas arriba, ancla de capa arriba, Motor abajo y la proa al viento.

De regreso
Apenitas pasado el mediodía ya teníamos la pesca hecha. Los que venían clavados del labio, aunque tuvieran 30/35 cm volvían al agua con el menor daño posible. No matamos peces para alimentar vanidades. Las boyas, apenas desplazadas hacia los laterales, continuaban marcando piques. Con un promedio de 850 gramos entre los pejes pescados y clientes muy contentos como extenuados, a las 16hs volvimos a levantar el ancla de capa y pusimos proa a la amarra.

En el muelle, la foto de rigor y como decía Joan Maunel Serrat: “Vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas. Se despertó el bien y el mal, la zorra pobre al portal, la zorra rica al rosal y el avaro a sus divisas…..”