Como verán, ya estoy de regreso de mi aventura de pesca en Amazonas. Esta excursión fue organizada y patrocinada por el representante de la marca GLOOMIS en Argentina, Claudio Porcille, que estuvo en absolutamente TODOS los detalles para que sea perfecto como finalmente resultó. Además, me soportó estoicamente como compañero de habitación en el hotel de Manaos y en el camarote del barco hotel, con todo lo que ello implica…
Gracias a esta aventura conocí a personas EXCELENTES en todo sentido y a las que, luego de los hermosos momentos compartidos, ya considero verdaderos amigos: Horacio Fernandez, Max Terre, Marcelo Perez, Ricardo Mora y Claudio Porcille (a quien ya conocía, pero pude conocer mejor). Como en Manaos estuvimos un día más de lo previsto antes de embarcar a la excursión principal, y nos mataban las ganas de pescar, el Sábado 15 decimos hacer una excursión al Rio Juma (cerca de Manaos). Aunque fueron medio largos los traslados, todo salió de maravillas.
El Domingo 16 embarcamos en Manaos en el barco IGARATIM ACU, en la expedición central a cargo de la empresa ECOFISHING, impecablemente organizada, dirigida, coordinada y cuidada al detalle por Eduardo Macedo, una persona excepcional y que en todo momento se preocupó para que todo sea perfecto. Navegamos todo el Domingo y la madrugada del Lunes. A las 5:30 hs. del Lunes embarcamos en las 8 lanchas (unos bass boat americanos soñados y de lo mejor que vi en este tipo de operaciones sin duda alguna).
Mi compañero de lancha fue Fredy, un brasilero que con 56 años aparentaba 40 y tenía unas pilas impresionantes. Nuestro “piloteiro” (guía) fue Boto, un brasilero nativo de Barceló muy profesional y dedicado.
Aunque al segundo día de pesca tuvimos la “mala suerte” de sufrir un famoso “repiquete” (una crecida del río que es el terror de los pescadores, porque provoca que la pesca se vuelva mucho más difícil ya que los peces se refugian entre la vegetación de la densa selva) el balance final fue espectacular, y gracias a nuestro piloteiro, a la suerte y también un poco a nuestras aptitudes pesqueriles, fuimos la dupla que más pesco con 99 piezas en total para los 5 días (divididas en partes casi iguales entre ambos), habiendo obtenido tucunarés de 4,5, 6 y el más grande de 7 kg, además de trairas (tarariras), jacundás y bicudas.
Este repiquete entiendo que fue positivo porque fue justamente la mayor dificultad para la pesca lo que me permitió afinar mi técnica y aprender muchísimo. Toda la pesca la hice en baitcasting, con señuelos y sólo me quedó como pendiente intentar pescar con mosca. Aprendí a trabajar señuelos de todo tipo y a lanzar con precisión entre palos, yuyos y árboles. El barco hotel es un sueño, muy cómodo y confortable; la comida y bebida muy buenas; todo el personal de Ecofishing excelente y los servicios y la atención impecable.
Sinceramente, nada para criticar de esta aventura, y todo fue soñado. La única “contra” fue que se hizo un poco largo, y sobre todo en los días finales extrañé mucho a mis tres amores, aunque por suerte pude comunicarme todos los días con ellos con un teléfono satelital que alquilé. MIL GRACIAS a ellos por bancarme en este sueño, y muy especialmente a mi esposa Valeria Andreotti que se bancó sola todos estos días. LOS AMO.
En definitiva, fue una experiencia maravillosa, que espero poder repetir varias veces más.
Cristhian Eduardo Langer






1 comentario
Si. Me salió buena esa foto!! Abrazo