En plenas vacaciones de invierno decidimos ir a pescar unos días en familia a la Paz, provincia de Entre Ríos..
Una vez listo el equipaje partimos desde Morón (Buenos Aires) a las 11 hs., unos 530 kilómetros nos separaban de nuestra nueva aventura familiar. Alrededor de las 17.30 hs llegamos a la hermosa Ciudad de La Paz, que nos esperaba para descansar.
Nos dirigimos a “Cabañas Costa del Paraná”, un lugar hermoso y recomendable por todas las comodidades que brinda: calefacción, wifi, sala de juegos con ping pong, metegol. Antes de irnos a dormir acomodamos y preparamos todos los detalles para nuestra salida de pesca. Al otro dia, a las 8 horas, ya estábamos en el puerto con el permiso de pesca en mano y el rol hecho, sin más detalles pusimos proa hacia el lado de Santa Elena, un lugar llamado Piedra Grande.
Ahí tuvimos una excelente mañana de pesca, muchas capturas de dorados y un bagre sapo con carnada. Al mediodía almorzamos una buena picada y luego de la recarga de baterías nos cruzamos para el lado del arroyo San Antonio en busca de algún surubi. Pero esta vez no pudimos dar con ellos.
Nuestra segunda jornada de pesca, al día siguiente, arrancó con el pedido mis hijos queriendo una libreta para tomar nota de las capturas, como Yo lo hago para las notas de este portal amigo de Senti la Pesca. Creanme que la emoción que sentí en ese momento fue inmensa, mis pollitos quieran seguir los pasos nuestros, dejar plasmado en un papel nuestras emociones y vacaciones pescando. El guía nos había dicho que tengamos un poco de paciencia, que aplacaramos nuestra ansiedad, que en este dia ibamos a tener una excelente jornada de pesca.
Navegamos hacia la zona de Costa Brava para probar suerte nuevamente con algún pique de surubi que se nos venía haciendo difícil lograr. Esta vez al menos tuvimos varios toques y llevadas pero no los pudimos clavar. Cambiamos de zona dirigiéndonos a la isla Garibaldi y ahí se comenzó una fiesta dorada, portes de entre 4 y 8 kilos. Mis hijos y mi Señora tuvieron muchos grandes piques y clavadas que pudieron disfrutar de gran manera.
Así se nos fué nuestro último día. Lo bien que se lo puede pasar en una jornada de pesca familiar, creanme que estas cosas a nuestros hijos les quedan para siempre, tal así como a nosotros también! Un párrafo aparte quiero destacar el trabajo de nuestro guía amigo Pablo Beliz que nos tuvo una paciencia terrible para atender a una familia con muchas ganas de pescar.
Un abrazo grande y hasta la próxima pesca !!!
Gentileza de Alejandro Perez
