Como todos saben, Melincue año atrás año ha dado muchas alegrías a muchos pescadores de todo el país con sus matungos..
Siempre se caracterizo por su calidad de pejes y lo dificultosa que resulta para conseguir “ese” pejerrey. Como siempre dije: la amas y la odias a la vez. Este año entré a la laguna, el 8 de Marzo, con esas ilusiones de manotear el trofeo… de sentir la voz de mi viejo: “Copo, copooo!” pero solo fueron dos pejes de apenas 32 cm y con algo de parásitos.
Siempre el canal alivianador o la costa me regalaban algún pejerrey, lo cual mantenía intactas mis esperanzas. Hasta que el frío, la intuición y el amor a esa laguna me hizo convencer al viejo – mi gran compañero de pesca – a entrar. Entramos un poco tarde ya que el pronostico no tiraba viento. Para ser mas precisos a las 10hs de la mañana, como el viento era noroeste, decidimos garetear desde las ruinas del hotel al famoso monte seco.
¿Carnada? Bien grande con algo de caballa que largaba la bolsita de carnada de mi amigo Luciano de EL BIGUA, en anzuelo 1/0. Fueron apenas 15 minutos de garete lento sobre la isla tapada al frente del viejo hotel, hasta que veo la mejor corrida del año en mi ultima boya (o primera para algunos). Allá a lo lejos salto… ese momento es hermoso. La resistencia y la caña doblada me aceleraban el corazón, sospechaba que era lo que buscaba.
Copo en mano del viejo y levantamos un pejesaurio de 1,125 KG. Abrazo de emoción y un gracias a Melincué que me ha dado tantas alegrías. Seguimos pescando, fueron apenas 3 pejes mas entre 400 y 600 gramos. Como digo esta difícil, muy difícil… pero se que hay grandes y por ahí Dios hace feliz a otro pescador.
Gentileza de Lucas Romero | Hace como el, compartí tu salida de pesca con nosotros enviándonos un mail a o por Mensaje en las redes sociales