En los primeros días de Noviembre visitamos el Limay, a media hora de Bariloche. Nos encontramos con un río alto para la época (mucho deshielo) y rápido, rapidísimo!! De modo que decidimos pescar la segunda sección, con más accidentes, y que va desde Rincón Chico hasta El Mangrullo, cerca de Villa Llanquín…
El día se presentaba tibio, con resolana y sin viento.. perfecto para pescar. Apenas salimos en la recta previa a las primeras islas que dividen el curso del río, clavamos la primera marroncita (500 gr) con una rabbit articulada, la cual nos daría buenas respuestas a lo largo de la jornada. Fotos de rigor y al agua …
Seguimos río abajo y tomamos el canal de la izquierda, mi preferido a principios de temporada. No me equivoqué. El canal empieza con una fuerte corredera e islas a izquierda y derecha del curso de agua. En la isla de la izquierda se forman lindos pools para buscar piezas en descanso. Asimismo, al final de la pequeña isla de la izquierda se forma un pool muy grande, ideal para parar el bote y lanzar hacia la corriente donde siempre encontramos piezas de buen tamaño. En este caso se dio la excepción: clavamos una lindísima AI (2 kgs) en un pequeño pool (remanso, aguas quietas) de la izquierda de la corredera. Muy fuerte y medianamente gorda, nos dio una buena pelea antes que pudiéramos sacarla del agua para las fotos. Luego de las mismas fue devuelta en perfectas condiciones, sana y salva. El río nos regalaba alegrías desde temprano.
Luego de tan buen inicio, el pique se cortó !! Seguimos flotando por distintos canales, que mantenían muy buen nivel de aguas para pescar, sin respuestas. Llegamos al “lavarropas” un enorme pool que ocupa mitad del río. Allí siempre encontramos peces comiendo o descansando en la profundidad … Ni una trucha !! Cero actividad en superficie. Tampoco se veían en el lecho del río. El lavarropas es un pool casi redondo. En su última “curva” está rodeado de sauces que apoyan sus ramas en el agua, excelente lugar para hacer subir alguna buena trucha usando técnicas apropiadas. Pusimos un dropper, compuesto por una mosca grande que flota y sostiene, nylon de por medio, una ninfa grande. Esta técnica me ha dado buenos resultados, en particular en el lavarropas, donde más de una vez cobramos piezas de buen porte. Hoy no era el día. Probamos unos cuantos lances sin respuesta, hasta que observé peces comiendo emergentes en el centro del pool. Pescar imitando emergentes es una propuesta muy compleja dado que exige muy buena presentación e imitación. Hicimos unos cuantos casts usando Comparaduns en #16 y tippet #5. Extrema presentación y sutileza para engañar a los peces. Sin resultados. Hoy el río se hacía rogar. De modo que flotamos aguas abajo y decidimos almorzar en el “verde”, un maravilloso lugar a la sombra de sauces y ñires.
Luego de un buen almuerzo, acompañados de un simpático juvenil de tordo que insistía en comerse cuanto pedazo de pan se nos caía, subimos al cata (cataraft) y seguimos nuestra jornada. El río seguía muy rápido y con correderas profundas. De modo que –además de encontrarnos con más de 5 balsas pescando la misma sección- el río se “achicó” mucho. No nos quedaban muchas opciones de pesca: lanzar a los pools o parar en correderas poco profundas. Pero en cada buen spot de pesca que llegábamos había una balsa pescando. Tomamos el toro por las astas –o mejor dicho los remos con las manos- y nos lanzamos río abajo en busca de points de pesca libres. Arribamos al área de los Fenoglio donde el río se hace menos profundo, donde “frente a las casas” cobramos una linda AI de unos 500 grs. Atravesamos la zona de aguas rápidas y en un pool alargado cobramos otra inda AI. La pesca venía mejorando. Al final de la recta que termina en el ingreso del anfiteatro hay una linda –y baja- corredera, ideal para probar con ninfas y/o imitaciones de alevinos, de acuerdo a la época. Allí paramos y decidimos probar con alevinos. Luego de unos cuantos lances cobramos una linda marrón (más de 500 gr) escondida entre las piedras que nos dio una alegría más. Fotos de rigor y al agua. Luego nos movimos hacia una fuerte corredera que desemboca en un profundísimo pool en el anfiteatro, donde siempre hemos tenido buenas respuestas. Línea de hundimiento, streamers largos, verde oliva o blanco, siempre funcionan en ese sector luego de unos casts. Esta vez no encontramos peces que pudieran tomar nuestro engaño.
Seguimos río abajo, no sin antes repetir el gran pool que se forma en esta parte del río. Pescamos cuanta parte del sector pudimos. Nos lanzamos hacia la recta aguas debajo de la cruz que corona el anfiteatro lanzando hacia los pequeños pools de la costa, sin respuestas. La corredera estaba ocupada por un bote de modo que decidimos seguir río abajo y aprovechar un largo flat donde pegado a la costa siempre se obtienen buenas piezas. Unos cuantos casts con hundimiento y streamers (negros y blancos esta vez) y logramos clavar una linda marrón (600-700 grs). Luego de esta captura seguimos río abajo casteando cuanto pool o corredera aparecía, sin respuestas. Y hay cantidad de pools y correderas… Considerando que “no era el día” seguimos remando río abajo hasta llegar a “El Mangrullo”, lugar de salida del río.
Como siempre ocurre en la pesca, y en particular en el Limay, no todo lo que brilla es oro !! Por algo decimos que el Limay es un río “perro”. Te da alegrías desde un principio y luego te hace “trabajar” mucho para encontrar algún pez. En esta excursión tuvimos que buscar mucho para encontrar algunos. Los mejores lugares: los pools pegados a la costa y correderas bajas. Las mejores moscas: streamers con rabbit en oliva y negro/blanco, y ninfas Prince en tamaño #10. Lo mejor del día: nosotros, los pescadores, que supimos leer la condición del río y buscar entre sus accidentes.
Así y todo, el río nos dejó un sabor amargo. Un buen principio y luego, sólo pequeñas piezas que nos alegraron la jornada. El Limay tiene piezas de mucho mejor tamaño. Es cuestión de encontrarlas. Por eso lo pescamos.
Gentileza de Eugenio Rivademar
Pag Oficial: www.lagosyrios.com.ar
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