Cuando les conté sobre la pesca que te lleva a hacer Lucho Delgado en su lancha trucker “Friends”, mis compañeros del taller gráfico RCH Impresores no tardaron en querer planificar una salida..
La fecha pactada fue este Domingo 20 de Noviembre. El equipo de los sueños estaba constituido por Alejandro; “Maxi”; Sebastián y quien les escribe – Eduardo -. Salimos a las primeras luces del alba desde la guardería Neptuno rumbo a la boya 127,2 en el canal Buenos Aires.
El viaje en sí ya se lleva parte de la gloria del día al pasar por los arroyitos de nuestro verde Delta para desembocar en el Paraná de las Palmas y enfrentar al sol saliente. En río abierto enfilar hasta el destino fijado en el GPS. Encontrado el veril realizamos la maniobra de anclaje con proa al Norte, de donde nacía el viento.
Equipos al agua y a esperar… esperar… esperar… Por allá Sebastián dice, como para romper la monotonía del golpe del agua en el casco – ¿Arrancamos la picada?. Maniobra en la cubierta y ya estaba la mesa lista. De bagres… nada…
Comunicándose por radio nuestro guía concretó otro punto pero éste estaba bastante distante de nuestro derrotero original por lo que había que tener en cuenta el combustible. Decisión tomada. Arriba el ancla y a navegar. En el camino una embarcación de hermana bandera uruguaya nos dicen que en una hora de pesca tenían como 10 piezas. Maniobramos a una distancia prudencial y probamos… Nada o poco…
El ánimo de la tripulación desmejoraba mientras decíamos “ya van a picar”. El bagre que picó fue el de nosotros. Armamos la segunda picada, esa que sirve para esperar los piques y viendo que pasaba el tiempo con pocas capturas volvimos sobre la imaginaria estela sobre el río. Esta vez anclamos en las proximidades de la boya 122 mirando hacia la boca del correntoso. ¡Ahí hicimos la pesca!
Cada tanto los tímidos cabeceos de las cañas generaba todo un movimiento en la embarcación: – Tomá la caña. – Dame la cámara. – Dale espacio para Cañar. Todo era emoción. Pasada la mitad de la tarde cambió el viento y se puso Sur, lo que llevó por dar como finalizada la jornada ya que debíamos navegar mas tiempo en el regreso. Los equipos utilizados fueron varios tanto con reeles frontales como rotativos; líneas de dos anzuelos generosos; plomadas de 250 a 350 g. y calamar como carnada.
Con nuevos paisajes en los ojos y las lentes, llegamos a puerto de la mano del buen guía y mejor amigo “Lucho” Delgado con la pesca realizada. Como siempre, mientras retornábamos a nuestros hogares, el palnteo era: -Y ahora, ¿Para cuándo hacemos la próxima?
Gentileza de Eduardo Piccone de Pescadores Gráficos