Sábado de pesca con el mejor de todos: mi hijo. Salimos tipo mediodía, padre e hijo, con rumbo al Sur con la expectativa de poder pescar algún pejerrey..
La verdad en cuanto a la pesca estuvo horrible del lado de afuera y del lado de adentro muy sucio, no era seguro para la integridad de mi acompañante y de mis equipos. Por eso nos fuimos a la Norte y ya del lado del Balcón era otra cosa, lamentablemente nadie o casi nadie sacaba algo.
Llegando a la tardecita empezaron a salir un par de pescadillolas y alguna mini mini roncadora, pero él con las 3 boyitas seguía sin poder sacar nada. Retomamos el camino a casa sin que pudiera haber pescado un solo peje, pero siempre con la actitud de un buen pescador y feliz de haber ido a pescar. Obviamente Yo agradecido de la vida de que el quiera acompañarme en esta linda locura y ojalá que se le pegue como a muchos de nosotros.
Gracias hijo… gracias por ser tan buen compañero, por ser el mejor hijo del mundo y gracias por acompañarme en esta locura.
Por Raul Correa