Llega nuevamente el fin de semana y las ganas de estar en el agua pescando aparecen, hermosa actividad que muchas veces nos aleja de nuestros seres queridos, un estilo de vida que solo los que lo vivimos y sentimos podemos entender…
Un estilo de vida que muchas veces nos aleja de la familia y amores en este caso me iba a regalar el día más feliz de mi vida, la posibilidad de compartir con mi hijo de 6 años nuestra primer pesca embarcados juntos. Luego de una semana cargada de trabajo hago una llamada a Santa Elena, a mi amigo “Papucho” de Santa Elena Fishing e inmediatamente armamos el viaje.
Después de viajar toda la noche con el principal protagonista de esta historia dormido en el asiento trasero y con Nachito – mi amigo – mate en mano, arribamos a la costa de Santa Elena donde nos estaba esperando Mati ya embarcado con “Papucho” en su Electra totalmente prepara y listo para salir al río.
Chaleco salvavidas, lentes, gorra, medidas de seguridad extremas y leche chocolatada en mano pusimos en marcha la embarcación. Su cara de felicidad estallaba en una sonrisa “con ventanitas”. Empezamos a navegar y sus ojos investigaban cada pedacito de río, piedras, palos, bancos de arenas, barcos pasando por el río Paraná y enormes barrancas de Santa Elena, las preguntas iban y volvían en charlas totalmente entretenidas.
Así comenzamos los primeros lanzamientos contra las costas entrerrianas buscando los primeros destellos dorados que no se hicieron esperar !! Luego de varios ataque fallidos a mis artificiales O.S. pudimos conectar nuestro primer dorado, inmediatamente le pase mi caña a BENJA con el pescado ya clavado pero en plena lucha para que disfrute de ese momento.. freno al 60% y caña completamente doblada, corridas,saltos, gritos y sonrisas, ¡¡¡por dios que momento!!! Mi corazón estalla de alegría al verlo tan feliz.
Inevitablemente viene a mi cabeza el recuerdo de mis pescas con mi viejo, del abuelo Héctor – quien donde quiera que este seguramente estaba ahí mismo ayudándolo a sostener su caña -. HERMOSA FOTO !! Abrazo grande y dorado al agua como debe ser, pesca deportiva con devolución, pescamos y soltamos para volver a vivir este momento una y mil veces más, que cada uno de ustedes tengas la posibilidad de compartir momentos así con sus seres más queridos.
Luego de un rico asado en la isla a cargo de Benja y Papucho – con su cerveza correspondiente – continuamos la pesca río abajo por lugares maravillosos. En esta ocasión la pesca estuvo durísima debido a la inestabilidad del río y sus crecientes, pero para mí el viaje ya estaba totalmente completo, más de 15 capturas en total de doraditos que no superaban los 3kg, hasta un doblete se atrevió a compartir Benja y Mati.
“Hoy soy feliz por vos. Hoy tu cara de alegría me completa, tus risas, tus gritos, tu emoción me transportan a mi infancia, a mis primeras pescas con mi viejo y me enseñan a cuidar cada momento juntos porque son únicos !! Por que los vas a llevar con vos para siempre!! Hoy es el principio de muchas aventuras juntos mi loco“
Volvimos a la costa cansados pero felices, como cada vez que termina una jornada con la cabeza puesta en la próxima salida!
Gentileza de Seba Viya
