Desde hace quince días teníamos decidido relevar Agustina el día posterior al de la Madre, por lo que Lunes feriado salimos temprano hacia ese espejo tantas veces visitado..
La comitiva estaba compuesta por el fiel Raúl Barera, Carlos Crisci , Servio Vacca y quien relata (Luis). Salimos a las 6 am con un pronóstico que nos indicaba que iba a haber mucho viento, desgraciadamente casi nunca se equivocan. Con el tracker enganchado, ya provistos de carnada, pasamos Junín camino a Agustina. Llegamos y a las 8 am ya estábamos navegando. Las olas eran muy grandes a esa hora, que según el pronóstico aumentarían con el correr de las horas.
Navegamos hacia el Club, pasamos la cruz y hacia la izquierda yendo al fondo llegamos a nuestra zona de pesca. Más o menos 40 minutos de navegación. Una vez en los bajos elegidos comenzamos el intento de garete que nos resultó un poco difícil por el viento que había aumentado de manera que asustaba, según dicen hubo ráfagas de 46 km por hora. La gareteada era muy ligera para mi gusto, no podíamos hacer que el tracker fuera más lento a pesar que le agregabamos peso al muerto.
Desde las 9 a las 13 hs solo logramos 3 pejerreyes, muy flojo el pique por las condiciones en que pescábamos. Nos anclamos un rato a comer y luego nos movimos más hacia el fondo para hacer un garete más reparado. Elegimos unos montes y la costa más alta donde el viento pareciera menos. Al lograr la velocidad deseada empezaron los piques, primero sacó uno Sergio, otro Raúl, dos Carlitos y uno Yo, pejerreyes grandes pero más flacos que en el último relevamiento (calculo se debe esto a que recién terminados de desovar han bajado el peso.)
A grandes rasgos fueron todos Pejerreyes fuertes y peleadores, cada pique era una explosión en el agua. En un momento mi boya (la que hacía 5 minutos antes había encarnado con una sardina muy grande diciendo con este voy al grande) comenzó a moverse lentamente hacia la izquierda – con ese pique suave y lento nos hace suponer que quien tomó la carnada es un torito -, en el momento justo la clavada y la tremenda corrida hacia la derecha pasando por debajo de la tanza de Carlitos que en ese justo momento clavaba otro, cuando tire de la línea trayéndolo, salto y ahí si… toda la adrenalina de ver ese hermoso ejemplar y de querer tenerlo ya dentro del copo.
Como es costumbre en estos casos empecé a gritar: ” Copo.. copo..”, Sergio fue el encargado (luego de dos intentos fallidos) de encestarlo. Felicidad, fotos, gritos, alegría… ya no importaba el viento ni estar todo mojado por lo que salpicaba el tracker al navegar, había logrado el trofeo que había ido a buscar. Al terminar la jornada, a eso de las 15 hs, teníamos 67 piezas en el bote de un promedio de 300 gramos, buenos ejemplares. La laguna está repleta de pejes de muy buen tamaño, trofeos como ese y más grandes son normales en una jornada con viento normal, así que como siempre super recomendable Agustina.
Si se la cuida hay laguna bien poblada para rato, mucha agua, las dimensiones del espejo cambian semanalmente por las crecidas de la misma y a tener en cuenta: Ojo al navegar después de pasar el club que hay muchísimos palos que apenas asoman del agua, despacio y atentos a los mismos para no sufrir percances.
Gentileza de Luis Ventimiglia
