Como bien sabemos el Domingo fue el “Dia del Padre” y no faltó oportunidad para nosotros que festejarlo pescando durante el día y en familia a la noche..
Por la mañana temprano con mucho frío (y mucho viento) salimos para Villa Cañás a visitar nuevamente a nuestro amigo el guía Guillermo Gomez del pesquero El Rancho en la laguna la Soraida (vale aclarar que este pesquero es únicamente para los que contratan el servicio de guías del pesquero, no está abierto a particulares ni para pesca de costa).
Llegamos y el viento era intratable (últimamente el servicio está errando la velocidad del viento en sus pronósticos justo los Domingos que concurrimos a pescar). El Cocodrilo Fishing Team en este viaje estuvo integrado por Carlitos Crisci, Daniel Davio y quien les escribe acompañado por un invitado: Marcelo de Caro. Nos encontramos con Guille, tomamos unos mates para hacernos de coraje y salimos con el trucker. Primero buscamos la costa donde rompía el viento y nos anclamos; allí estuvimos unas 3 horas casi hasta el mediodía y obtuvimos unos 20 pescados, dentro de los cuales había unos 5 de los troncos que habíamos ido a buscar.
Esta laguna está super poblada de pejerreyes de todos los tamaños, así que recomendamos a los que la visitan devolver los pequeños y seleccionarlos, por que por ahí se da el pique del grande y uno casi ya cumplió la cuota con pequeños y medianos. Tipo una del mediodía, cuando el viento mermó (sólo un poco pero bajó a una velocidad a la que pudimos garetear), nos fuimos al medio de la laguna a garetear un rato donde mejoro mucho el pique, mejor dicho el tamaño del pejerrey.
En las dos horas de garete que tuvimos (repito, mucho viento que dificultó el garete lento que es tan necesario para tener óptimos resultados) logramos entre los 4 otros 40 pejerreyes entre los que había otros 5 de los grandes grandes (entre 600 y 850 gramos). El pejerrey picaba a unos 50 cm, eran super tímidos, a veces casi imperceptibles, había que estar muy atento a las boyas, las cuales con olas muy grandes a veces se nos perdían de vista.
A las 3 decidimos salir, hacer las fotos y la nota de rigor, preparar todo y salir para poder llegar a nuestro Chacabuco querido a festejar con los nuestros el Día del Padre. Justo en ese horario la laguna se puso linda, el viento bajo a unos 12 km por hora y nos quedamos con las ganas de seguir gareteando con esas condiciones – ahora si – óptimas, pero ya habíamos logrado la pesca: 85 pejes hermosos (entre ellos incluidos los troncos).
Regresamos contentos y conformes, son tan buenas las lagunas que estamos relevando que cada una que visitamos parece ser la mejor, si tuviéramos que elegir una seria imposible, en verdad estamos pasando otra tremenda temporada de pejerreyes, es difícil hacer memoria y acordarse de temporadas pasadas donde hubiera tantas lagunas con tantos pejesauriossss.
Nos encontramos la semana que viene con otro relevamiento.
Abrazo pescador, gentileza de Luis O. Ventimiglia – Pescador apasionado





