¿¿Despedida de la Temporada ?? La verdad es que siguen estando y como !!, para el que quiera seguir buscando a las tan queridas hoplias todavía están…
Aprovechando el Feriado XXL salimos junto a Federico y Nahuel para meter dos días de pura pesca, con acampe y todo lo que ello implica, sumando un gomón inflable zodiac con un motor Suzuki de 15 hp. Partimos el Viernes a las 6am de Bs. As. sin haber definido el lugar, sólo teníamos dos destinos en mente que hasta cierto punto del trayecto quedaban hacia el mismo rumbo: uno era el delta de Villa Paranacito (el cual ya conocíamos) y el otro era Mazaruca a explorar por ahí. Lo decidiríamos en el viaje.
Desde la partida hasta Zárate no nos pusimos de acuerdo, una moneda decidió nuestra aventura: seria Mazaruca. Buscamos un camping en el cual hacer base y de ahí salir a recorrer con el gomon. Estábamos situados a las márgenes del Paraná Pavón, justo frente al arroyo Lechiguanas. Se tardó un buen rato en armar el campamento, inflar el bote y tener todo listo, entre todo esto se nos hizo el mediodía y recién salimos a la aventura.
Cruzamos el Pavón hacia la costa de enfrente donde nace el Lechiguanas y lo empezamos a remontar, pensé encontrarme con un escenario parecido al que está del otro lado del lado del Guazu con costa generosa para bajar, desbordes, arroyos que entran a las islas y hacen lagunas para pescar de costa; pero al llegar nos encontramos con un escenario muy distinto, mas agreste y con exuberante vegetación de costa que hacía imposible el desembarco, nada de arroyos que entraban y por ende nada de lagunas. Federico con Fly, Nahuel y Yo con Bait pero era en mi mente era inviable hacerlo desde la pequeña embarcación.
Lo navegamos por mas de una hora sin encontrar un lugar propicio, de pasada habíamos visto unas entradas de agua muy pequeñas que no tenían mas de 15 o 20 metros cuadrados, las pasamos por alto en harás de encontrar ese lugar soñado que no apareció, tal vez mas adelante estaba pero solo podíamos navegar hasta 1/2 tanque, ya que teníamos la vuelta por delante.
Paramos a comer, ya se habían hecho las 16hs y no habíamos hecho un solo tiro, pero la pesca es mucho mas que sacar un pescado… es disfrutar de la naturaleza, explorar y buscar esos lugares que hacen la diferencia. Emprendimos el regreso pensando en parar en esas entradas de agua que divisamos de ida. Fede ya se encontraba pesimista: – No vas a escribir informe de esta salida supongo, me decía, a lo que le replique: – Esperá… la jornada no termina y mañana tenemos todo el día.
Llegando a la primer entrada de agua (Pequeño accidente de la costa que forma una bahía que rompe la monotonía de la costa donde se forma un remanso y el agua no corre para nada) nos fuimos acercando muy despacio parando el motor metros antes, nos atamos de unas plantas y bajamos, el espacio era muy reducido por lo que nos acomodamos lo mejor posible. Fede siempre en el flanco derecho ya que castea de ese lado dándole el mejor lugar, ya que el Fly necesita mas espacio; Nahuel y Yo codo a codo, así a esa distancia.
Bastó el primer casteo para que empiece la función, los tres tuvimos ataques, fue una locura, varios tripletes, dobletes.. ataques de todo tipo. Arrancamos de superficie, se espaciaban los piques por lo que bajamos un poco y seguían, se volvían a espaciar así que volvimos a buscarlas mas abajo con gomas lastradas y de vuelta ataques. No duró mucho debido a que el lugar era muy reducido, pero fue muy intenso, en 30 minutos se sacaron como 25 Tarariras. Es sabido que se refugian en estos lugares de aguas calmas y bajas rodeadas de vegetación, es donde se las puede hallar todas juntas.
Nos dirigimos hacia la próxima entrada de agua, metodología repetida, nos bajamos y vimos que este lugar tenía mas vegetación que la anterior. Para Fede era imposible hacer Fly, Nahuel le prestó su equipo de Bait y empezamos a pescar. Ocurrió exactamente igual, todas ahi juntas.. un pescon! Fue una atrás de otra, pero por lo acotado del lugar tambien a los 20 min se plancho.
Ya la sonrisa era de oreja a oreja pensando que nos quedaban por delante dos entradas de agua mas donde paso lo mismo: todas juntas en 30 metros cuadrados de agua. Que manera de pescar, en el último point ya teníamos el ocaso encima y se levantó una fantasmagórica nube de mosquitos, por lo que con mas de 100 tarariras pescadas y devueltas nos retiramos llegando a cruzar el Pavón con el último atisbo de luz y de combustible.
En el campamento prendimos un lindo fuego y prepare un suculento asado, se comió, se bebió, la charla fue poca y el cansancio mucho. Amanecimos con el canto del Gallo lugareño, los mejores Mates y la decisión de remontar el Pavón aguas arriba. Salimos muy temprano. Tras 40 min de navegación no podíamos hallar un lugar propicio, nada, ninguna entrada de agua, arroyo, laguna… nada. Decidimos seguir hasta el medio tanque de combustible, de vuelta teníamos la corriente a favor y de última podíamos volver derivando. Seguimos río arriba y ya en el medio tanque, en el momento justo, vemos adelante que el agua se abre y sobre nuestra derecha se internaba un arroyo, nos metimos en él y era lo que tanto estábamos buscando.
Lo habremos recorrido por 2 km y terminó en un tapón de densos camalotes, había otro problema y no menor que por la fisonomía de su costa no se podía desembarcar, pero era la tierra prometida de las Tarariras. Nos organizamos muy bien en el gomón para poder lanzar los tres y que Fede pueda hacer Fly, lo que creía imposible pero lo logramos. Obviamente mas propensos a los accidentes de pesca, varios anzuelos pasaron raudamente demasiado cerca, Nahuel paró de pecho una rana de goma que vino como un balazo después que una Taru la soltara justo en el momento de la clavada. Lo bueno es que nada malo sucedió, lo que sí pasó fue el pescon que metimos. Tal vez no se vea muy reflejado en las imágenes por que estábamos con los movimientos muy limitados y milimétricos, las fotos eran muy esporádicas, quizás cada 20 capturas sacábamos algunas tomas.
Cuando se cortaba un poco nos movíamos 25 metros y volvíamos a empezar, muchísima cantidad, todas de medianas a chicas con algunas lindas intercaladas. Igual se nota que ya no están comiendo igual, si bien pescamos en superficie la mayoría de las capturas se dieron abajo dejándolas comer y todo varias veces venían del labio, era increíble, estaban muy mañosas. No me acuerdo quien pregunto la hora pero eran las 14:45 hs, nos miramos y dimos por finalizada la jornada.
Desde la 8 am estábamos pescando sin parar ni quiero tirar un numero porque sería obsceno, podríamos y deberíamos haber cortado antes pero son adictivas, que difícil es dejarlas en paz. Volvimos al campamento, nos pusimos a desarmar muy prolijamente la carpa y todo lo de campamento, desinflar, guardar el bote, etc. Terminamos cerca de las 18hs con todo acomodado en la camioneta, nos tomamos unos mates frente al río admirando el atardecer en la hermosa playa de arena y nos fuimos muy satisfechos por la aventura realizada.
Gentileza de Walter Gastaldi





