Nos propusimos pasar el fin de semana con el objetivo de buscar un pez que muchos de nosotros nunca habíamos pescado, el campo de juego era en Colonia Teresa, un pueblito muy alejado en algún punto de la provincia de Santa Fe…
El cronograma contaba con dos días completos de pesca que prometían capturas de cachorros, debido a que ya habíamos estado averiguando como se estaba dando la pesca en la zona, y como vaticinábamos el lugar no defraudo. Al llegar el Jueves a la noche al complejo que alquilamos, “Cabaña y Pesca San Eduardo”, nos recibió Beto – encargado del lugar – que desde ese momento nos ofreció todas las comodidades para que pasáramos un fin de semana de lujo.
El Viernes por la mañana, antes de que salga el sol, nos presentaron a Ángel – guía de la cabaña y compañero de pesca – para que nos lleve a recorrer todos esos pozos y correderas en busca de los bigotudos. El pique se dio paulatinamente, comenzamos pescando una rayas medianas, algún que otro mandubí y un sin fin de palometas que nos hizo correr de lugar varias veces, hasta que encontramos los lugares correctos y comenzaron a sonar las chicharras con los tan característicos piques de surubies.
Fueron 10 en dos días, y aunque no se dieron los doradillos con señuelos ni carnada tuvimos un show aparte con los que saltaban totalmente fuera del agua cuando pasábamos con la lancha. La frutilla del postre la tuvimos con un atigrado que saco uno de los compañeros, previo a concluir la ultima jornada, que le corto los dedos a él y al guía con la linea que se encontraban desenredando. De regreso a la cabaña, asadito para festejar toda la salida y pensar en el regreso a nuestro Pergamino natal.
Fin de semana de lujo en Colonia Teresa, ese lugar que nadie conocía y sin embargo nos dejó grandes satisfacciones. Párrafo aparte para Beto y Angel, que nos cocinaron y nos pasearon por todos lados para que pudiéramos pescar, por supuesto se devolvieron sin lastimar esas preciadas joyas que encontramos en los arroyos y riachos de la zona.
Gentileza de Machan Gonzalez
