17/12/18 Bañados Entrerrianos

0

No pasó mucho tiempo desde la llamada de un colega amigo: Javi, con quien ya teníamos coordinada la visita, un tipo sencillo, respetuoso y preocupado por la comodidad de sus clientes…

La semana anterior nos venía pasando el estado del río, apenitas arriba y bajando era el último dato del día viernes. Así fue que salimos de Buenos Aires y a las 7 am estábamos arriba de “La gringa”, listos para navegar los arroyos de entre ríos. ¿La consigna? Hay doraditos lindos, y si bien las taras esta difíciles, hay cocodrilos. Generalmente lo hago al revés, pero en esta ocasión adelanto simple números…. 3, 4 y algo mas de 6. Ya sabrán el porque de esto.

Primer punto de deriva, eléctrico al agua y gareteada sobre la boca de un arroyo contra la correntada del río… palos, plantas y correderas. Salió el primer lingotito en la caña de mi viejo, pequeño pero aguerrido. Un par de tiros mas y decidimos movernos a la zona de barrancas, escenario hermoso para el golpe. Barrimos la zona con señuelos que parecían trazantes en plena guerra…. Solo un toque errado y Javi no lo dudó….. Vamos muchachos, baja mucha agua de los campos y ya se donde pueden estar.

Primera salida de agua interna y… tal cual lo dice el señuelo el 6to sentido del dorado lo agarro sin dudar. Unos 4 kilitos que fueron devueltos al agua después de una foto. Insistimos nuevamente y ahí estaban. A la par en el señuelo de mi viejo y de Sergio, los dos juntos, y los dos se fueron. Sergio volvió a la carga al mismo lugar, caliente como pava en las brasas le volvió a tomar pero saliendo victorioso nuevamente, nos dejó con las ganas. Volvimos a mover, esta vez a un desaguadero a la vera del río abierto. Se corto el motor, ojo con la olas, guarda que se mueve la lancha.

 

Ahí, pasando ese palo esta el baile, de abajo sale agua del campo… (palabras textuales de nuestro guía). Voló uno, el segundo, el tercero y…. ese palo EXPLOTÓ. Primero el señuelo de Sergio se soltó, seguido del mío y el de mi viejo. Sergio volvió a tirar, y volvieron a tomarle. El mio, al tercer salto lo perdí (quizá pecando de una vara muy blandita, con poca clavada, o simplemente de “manco”).. el que lo había afirmado lindo era el pelado: 5 kilitos que hicieron las veces de combustible urgente para el incentivo, a la vez que Sergio tenia el suyo de dimensiones similares. Dos hermosos trofeos para la zona, propio de un río con vida, pero que a sus veras muestra la depredación constante.

Hicimos una pasada mas por las dudas, sin suerte. A la tarde volveríamos a agarrarlos Momento “taru” activado. Hora de conocer a los famosos cocodrilos de la zona. Primera parada una boquita que estaba largando bastante agua, pero a nuestra orilla opuesta dejaba ver un hermoso tarugo tomando sol. Ahí cayo el artificial y sin dudarlo lo ataco como un avión caza: unos 3 kilos para la primera tara del día, no estaba mal y dejaba imaginar una jornada tremenda.

 

Segunda parada, 100% superficie y anti enganche, eran realmente cocodrilos explotando desde el fondo de todo el palerío y plantas acuáticas, que haces las veces de un estuario propicio para las características de las hermosas y deportivas Hoplias. Una tras otra, incluso 3 o 4 ataques por tirada, erráticas de a ratos, aunque la mayoría de lasa veces mordías mas palo que señuelo…… Demasiada adrenalina, y la mejor forma de bajar era…. El asado. Luego de una buena sobremesa, anécdotas y descanso de las piernas íbamos en busca de las próximas cuevas. Esta vez, botas listas… y a mojarnos. Fue asi que nos adentramos en lo famosos bañados. Realmente ver la actividad en estos lugares es único, aletas fuera del agua, saltos cazadores, ver como se mueves los pastos al rozar contra estos ejemplares es su sospecha y complicidad asesina, es único.

Verlas salir a cazar como torpedos de debajo de la vegetación, cruzar los espejos de agua con una sola meta: el señuelo… es algo indescriptible. Superficie, media agua, fondo, gomas, duros… Lo que se ocurra probamos, todo funcionó. Y eso que las muchachas “no estaban” activas. Alrededor de las 17 horas… meprendimos el regreso…. Pero aún, quedaba un pendiente.. EL PALITO. Llegando al lugar Javi cortó el motor y pidió no tiran ni un tiro hasta ese lugar… así fue. Volaron los artificiales, y ese bendito palo volvió a estallar. Calculamos que 6 kilos de un hermoso ejemplar en la caña del viejo, que tuvo un día intratable.

Gentileza de Martin Docampo

Compartir:
Facebook
Google+
http://sentilapesca.com.ar/171218-banados-entrerrianos/
Twitter
SHARE
YOUTUBE
Whatsapp

Sobre el Autor

Martin Docampo

Naci en Alta Gracias, Pcia de Córdoba. Me crié pescando y caminando los diques y embalses cordobeses desde los 4 años. Apasionado por la pesca deportiva.

Deja un comentario