16/09/16 Incontables piques en San Pedro

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Luego de mirar por centésima vez el pronóstico y ver que el viento en San Pedro iba a ser de 4 a 7 km. y la temperatura llegaría a 25º decidí hacer una salida el jueves 15 de Septiembre con unos clientes que me venían reservando hace mucho. Por problemas personales un día antes se echaron atrás y solo quedaba Gabriel Dattoli para ir. Lo llamé y le dije: – Tiene todo preparado amigo? – SI, me dijo pero que iba él sólo. La contestación fué: – Vos estás loco, vivís de esto y vas a pérdida con uno solo, yo puedo esperar y mil cosas mas… que lo único que hicieron es darme más ganas todavía de llevarlo a pescar. Le contesté: – Vos sabés cuantas veces gano yo? Bueno hoy me toca “perder”, pero a mí la pesca me gusta tanto o mas que a vos y no te voy a dejar sin pescar por nada del mundo. Vos estás loco me dijo y luego me pregunto: ¿A que hora nos encontramos? A las 5,30 hs.. Y así fue que a esa hora los dos solitos nos fuimos tomando mate para San Pedro…

Llegamos al náutico a las 8 hs. donde nos esperaba Catuna Enriquez, gran amigo y colega que con su traker compartiría nuestra pesca. Allá salimos charlando y contando aventuras, siempre tomando mate, cruzando el Paraná y adentrándonos por el Gonzales para llegar a una cuevita que tenemos donde hay mas tarariras que agua. Luego de preparar los equipos nos pusimos las botas porque en una parte había algo de barro y nos adentramos en un arroyo hermoso y muy tranquilo. El agua estaba fría pero entramos a mover el agua con señuelos activadores y enseguida salió la 1º. La verdad amigos, les podría adornar la pesca pero les digo la verdad, no hace falta. Desde ahí en mas, no paramos nunca de sacar y sacar… cada vez eran mas grandes, sin caminar, sin vadear, era un pique tras otro y solo para entretenernos cambiábamos señuelos para que en las fotos se vea que no era siempre la misma tarucha, les digo que yo llevé mas de 200 y los probamos todos, con todos tuve pique. Lo que sí tomaban a media agua así que lo que mejor anduvo fueron señuelos con paleta corta, ranas y pescaditos con cuchara y las “gomas”, también adosando una cucharita nº 3 y 4.

 

Hubo momentos que sacamos dobletes y tripletes. A eso de las 13 hs. con hambre y un poco cansados, nos dirigimos a la lancha, que estaba a unos 100 metros donde teníamos la comida, comimos medio apurados para seguir con la fiesta de piques que yo pedía a Dios que no se corten. Luego caminamos otra vez hasta nuestro lugarcito y cada uno se ubicó en el mismo sitio que a la mañana. Esta vez, y luego de menos de una hora de descanso, estaban mas furiosas para picar… cada vez salían mas y mas grandes. Gabriel pidió ayuda y vimos con Catuna Enriquez que él luchaba con una tarucha descomunal, mas grande de las que habíamos sacado a la mañana. Enseguida estuvimos junto a él con las cámaras y la pinza hasta que luego de una gran pelea y maniobrarla perfectamente la logró tomar y sin hacerle daño, luego de sacar las fotos de rigor, hizo la ceremonia tan linda de la devolución.

Esto fue algo que todos hicimos durante todo el día tratando de no hacer daño y que como siempre digo enaltece al PESCADOR DEPORTIVO. Luego le tocó a Catuna Enriquez y a mí sacar de las grandes llegando a pesos impensados para la época, ya que sacamos muchas llegando a los 4 kilos y 3 que los pasaron ampliamente. En total fueron mas e 300 piezas obtenidas, SI, como usted leyó mas de 300 y muchísimos pique fallidos ya que antes de la captura teníamos a veces 3 y 4 ataques antes de concretar y muchos piques que no se enganchaban o se soltaban antes de llegar a la costa.

Les puedo asegurar que hacía rato que no me cansaba así pescando, tengo tendinitis en el codo y la muñeca de tanto clavar y hacer fuerza. No les digo las piernas que son el motor de palanca de la clavada, pero que lindo que es terminar así.

 

Quiero que ustedes que leen estas notas no se priven de sentir estas experiencias que hasta a nosotros que vivimos con una caña en la mano nos asombran. Ya Gabriel Dattoli, antes de llegar a la costa estaba reservando para la otra semana donde prometió traer a sus amigos. Espero que ustedes también aprovechen esta bonanza de piques, saltos corridas y señuelos rotos.

A las 17,30 hs. ya muy cansados y satisfechos decidimos dar por finalizada la jornada, muy contento emprendí el regreso que disfruto tanto como la pesca, ya que navegar me encanta y mas todavía cuando el Paraná nos regalaba esa calma de sus aguas que es tan hermosa, viendo saltar a nuestro paso los dorados y saludando a las embarcaciones que se nos iban cruzando. Es esa la gente que tiene nuestros mismos gustos y es esa la gente que quiero cerca. La que vive el agua como el aire que respiramos, la que disfruta la compañía de amigos con el mismo gusto, el de pescar y devolver, es ese Paraná que calmo o enojado hace de cuna para mi vida. Es todo eso que hace que quiera soñar con una caña en la mano y acariciar mi reel como un elemento de vida y no como un arma de muerte. Eso es la pesca deportiva amigos, un modo de vida que a mí y espero, a ustedes nos recrea el alma.
Les mando un abrazo a todos los pescadores deportivos y los espero en ese edén que es San Pedro “la cuna de la tararira”.
Gentileza de Eduardo Sagasta
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