Después de una semana que para mi duró mas de 7 días, tenía planeada una pesca, originalmente iba a arrancar tempranito para buscar algún peje en el Río de la Plata pero por diferentes motivos tuve que cancelar…
Amanecí un poco más tarde de lo normal, cambié las largas cañas de peje por una mucho más cómoda: como lo es una de mis más antiguas cañas de bait. Llamé a un amigo para ver cómo estaba la entrada al campo: “IMPOSIBLE” me contestó. Muchísimo barro y el río desbordado. ¿Y la gran bajante del Paraná? Bien, pero parece no afectar demasiado a esta zona del río Luján.
De pasada compré unos choris y un poco de pan, digamos que para uno solo era más cómodo el fiambre pero gustos son gustos y el ritual sólo o acompañado se hace igual! Llegué al campo cerca de las 11am, dejé el auto en la casa y arranqué la larga procesión hasta el río. “Vos estás loco” me dijo el hombre, que se yo, puede ser!
Cuando me proyecté la imagen de “mucho barro” me quedé corto, las botas ya pesaban cuando todavía iba a mitad del camino. Después de 1 hora llegué!! Primero lo primero, a prender el fuego seleccionando ramas lo mas secas posible. Donde pisabas brotaba agua! Una vez prendido el fuego bajo una tenue “garuita”. Armé el equipo y salí a recorrer los desbordes. Nada de nada.
El campo “escupía” el agua! Corría en todos lados y encima el sol nunca asomó lo suficiente como para dar una mano. Barrí un enorme ojo de agua de poca profundidad buscando siempre el reparo y raspando el fondo. Nada! Vuelvo, armo los choris y aprovecho a recargar un poco de pilas… a esa altura ya me dolía todo! jajaja. Una vez lleno, ya cerca de las 14hs, arranco otra vez. Con el agua al borde de la bota tratando de no dejar lugar sin pasar, ahí abajo nomas, a un metro de donde estaba… un ataque furioso!
Me agarró tan desprevenido que pensé que la perdía… perder el único ataque no me lo iba a perdonar así nomas. Pero reaccioné a tiempo y del borde de la boca, apenas pinchada me hice de la primer captura. Foto y al agua! Ya estaba totalmente satisfecho. Pero antes de emprender la vuelta me dije: “Si hay una, seguramente haya otra“. Y así fue, dos tiros después prendí otra! Foto y al agua otra vez. Por un momento pensé que la racha iba a seguir, pero no fue así.
Cerca de las 15.30 pegue la vuelta. Si la ida con campo a favor me costó, ni se imaginan lo que fue la vuelta!!! Las tarus de Agosto por acá son muy difíciles, cada una de estas vale por muchas del verano.
Saludos a todos!
Gentileza de Christian Andrés López





