Esperando el día para salir a pescar y caminar por nuestro Gualeguay, después de una semana de lluvias, decidimos ir a chusmear uno de los tantos Arroyos que hay en nuestro departamento junto a mi Hijo Francisco E. Crespo y Mi Amigo, Guía de pesca Local, Juan Pablo…
Entre mates y charlando de cómo podía estar el arroyo, llegamos al lugar y nos encontramos un lugar con más agua de lo normal, muchos sedimentos. Empezamos a castear. En el quinto lance Juan Pablo tiene pique de un doradillo que tomó un señuelo de color blanco que no profundiza demasiado.
Pescamos un par más en ese lugar y empezamos a caminar por el arroyo. Como ya se imaginan después de tanta lluvia había mucho barro y agua en el campo, pero el entorno se presta para disfrutar tanto de la jornada de pesca como de la naturaleza que nos rodea… vimos algarrobos centenarios y aves que nos acompañaban con su canto.
La pesca se puso un poco dura porque campo adentro hay muchos desagües y eso ensucia aún más el lugar, pero así y todo en cada descanso o contracurva estaban las TARUS que se les animaban a los SPINER. Fue cayendo el día por lo que emprendimos la caminata de vuelta de más de 4 km dibujando este arroyo de nuestro Gualeguay. Con la última luz del día llegamos al punto de partida.
Con refusilos, truenos y mas lluvia preparamos el mate de la vuelta acompañado de los relatos de la pesca, caminata que tuvimos y los desafíos de ser un pescador deportivo; con esto último me refiero a pescar bajo todas las condiciones y lo más importante disfrutar de lo que nos rodea en compañía.
Gentileza de Maximiliano Crespo





