Con Damián Delgado, acompañados de Andrés Ciriani y Álvaro Silva, programamos una escapada de un día. Con los datos que teníamos de la mano de Andrés Pereyra y Darío Morena – quienes los habían pescado bien días antes – partimos derecho a Las Brujas (Paraje a 30 km de Montevideo) para buscarlos en el entorno a la Farola donde hay buenas estructuras y corrientes…
Para nuestra sorpresa, el río parecía muerto en esa zona y ni rastro de los dorados, probamos el agua y estaba extremadamente salada por el viento de componente Sur que hacía que el río corriera para arriba ingresando agua marítima por el Río de la Plata. Inclusive encontramos varios sabalitos moribundos por la salinidad del agua. Luego de hacer algunos intentos concluimos que tenían que estar más arriba donde el agua salada no había llegado, así que ahí salimos a buscarlos.
Fue así que en pocos minutos llegamos al extremo Norte de la isla de la Agronomía donde comenzamos a buscarlos nuevamente en modalidad trolling. Llegado un momento decidimos levantar para probar en otro lado y en esa recuperación de líneas picaron un par de doraditos, los que nos motivó a buscarlos en spinning y baitcasting. Nos tocaron tímidamente los artificiales sin poder pincharlos por lo que decidimos buscar un lugar para almorzar.
Mientras picábamos unos churrascos de cerdo al disco, notamos que a pocos metros de la orilla los dorados estaban cazando majugas o mojarritas. Rápidamente colocamos unos vinilos que imitaban pequeños peces y los piques fueron inmediatos. Estuvimos entretenidos un buen rato logrando alguno, pero la mayoría se nos iban en la pelea. Decidimos continuar buscando en trolling un poco más arriba para ver si mejoraba la cosa. Colocamos señuelos que navegaran en diferentes rangos de profundidad para aumentar las posibilidades de pique y ver donde estaban atacando mejor.
De repente el ecosonda comenzó a marcar peces como no lo había hecho antes, con segundos de diferencia picaron en las tres cañas que venían trabajando con sus respectivos señuelos. Dos se fueron pero uno salió y el humor a bordo mejoraba. Continuamos y otra vez al pasar por el mismo lugar se dieron las picadas logrando otra captura. Comenzamos a hacer spinning y bait, logramos picadas y piezas tal como se aprecia en las fotos. Estuvimos en 200 metros del río el resto de la tarde. Cuando nos alejábamos de la zona donde picaban nos acercábamos haciendo trolling y al conseguir las picadas quedábamos a la deriva tirando los señuelos.
En un momento dado salimos rápido para llegar lo antes posible al lugar sin saber que el señuelo de Álvaro estaba en el agua, la sorpresa fue que a mucha velocidad lo atacó un dorado varias veces más grandes que los que estábamos logrando. Al observar esto decidimos hacer una pasada a velocidad superior y esas buenas picadas no demoraron en darse, se fueron un par de los buenos pero Damián logró pescar uno sustancialmente mejor que el resto, en esa búsqueda de grandes se dio un triplete como para coronar la jornada donde finalmente todos logramos piezas y nos vinimos mas que satisfechos por esa divertida pesca con señuelo a minutos de nuestros hogares.
Esperemos que esta notita los aliente a pescar por estos lares y que les de entrando el invierno una linda jornada de pesca con artificiales!
Gentileza de Miguel Tripani de Uruguay Aventura





