14/12/17 En busca de los tigres del Uruguay

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Después de la buena experiencia en La Paz nos quedamos con ganas de mas DORADOS, imagínense que ni bien volvimos comenzamos a armar la del año que viene para Octubre 2018…

Enseguida detectamos un problema, más que problema un verdadero drama! ¿Cuál era? Que faltaba muchísimo!!! Ahí fue cuando propuse armar una salida a Villa Paranacito con un tipo que conoce el Uruguay como pocos: David del Valle. Nos olvidamos de pescar “golpeando”, ahí se pesca sacando carnada (bagres amarillos y paties sobre todo) en algún punto que designe el guía, para luego mantenerlos vivos hasta encarnarlos y una vez en el agua esperar el canto de la chicharra que da inicio a nuestro trabajo.

Salimos de Los Cardales cerca de las 6 a.m., mate va.. factura viene.. un poco después de las 7.30 ya estábamos llegando al camping Top Malo donde nos esperaba David junto a su ayudante Daniel. El día prometía en un principio condiciones ideales para pescar. Entramos a un riacho a pescar carnada y los amarillitos no se hicieron esperar, con su pique estridente levantábamos uno atrás del otro, aunque cada tanto se mezclaba algún que otro “picudito”. Cuando ya teníamos suficiente carnada salimos rumbo al imponente río Uruguay.

 

En ese momento el viento había cambiado e hizo que David cambie el rumbo. Luego de un rato de navegación estábamos con las cañas en el agua. Luego de la explicación de rigor de cómo pescar con los equipos (todos proporcionados por el guía), nos dispusimos a esperar y fijamos los turnos. La primera de las corridas no se hace esperar y el que tenía el lugar era el Sr. Mariano P., entre otras cosas, el más experimentado del grupo. Espera el momento oportuno, caña en mano, clavada firme y luego de los saltos de rigor llegó la primera captura dorada. Tuvimos no más de un par de oportunidades en ese mismo lugar y ya nos movimos hacia otro punto.

En el segundo punto de pesca fue otro el cantar, las corridas comenzaron tímidas haciendo sonar las chicharras de los reeles de menos a más. Llegó un momento en el cual obteníamos una captura y ya comenzábamos con la siguiente. Se dieron dobletes, de un pescado para cada pescador por supuesto, pero a mí me tocó pescar dos dorados con una sola caña, algo que sabía que se podía dar pero no lo esperaba y también se considera doblete. Hubo varios yerros pero pescamos todos. Es más, nos dimos el lujo de errar varios. Aquí debo detenerme y decir que el Sr. Mariano P. tuvo una efectividad de 100%, algo impresionante.

Otra mención especial para Mariano M. quien se ocupó de pescar los más grandes, registrando el récord de la jornada que fue de 4 kg., nada despreciable sabiendo que la mayoría estaba cerca o por debajo de los 2 kg. Mi gran amigo Waldo obtuvo buenos dorados que rondaban la media al igual que Yo. Ya sin carnada, cerca de las 12hs, volvimos a pescar para cerrar la jornada que había comenzado de la mejor manera. Aprovechamos el viaje para almorzar, dejamos nuestros tradicionales choris de lado para disfrutar de un buen arrollado de matambre realizado por Waldo. Una verdadera delicia! Parecía que había mucho pero no.

 

Acompañamos con bebidas bien frescas y una vez que “llenamos el tanque, comenzamos la segunda etapa de pesca de carnada. Logramos muchos bagres, algún que otro paticito y a mi se me prendió un hermoso moncholo que volvió al agua ya que a los dorados no le apetece de la misma manera que los amarillos. Ya notábamos un cambio en la dirección del viento. Después de alrededor de una hora volvimos por mas dorados pero el escenario era otro. En un rato el río había crecido muchísimo, el viento soplaba fuerte y no era el mejor según nos dijo David pero intentamos de todas formas. Pescamos solo un dorado en un rato bastante largo, allí mismo hicimos una buena sobremesa llena de anécdotas y risas. Ya cuando empieza a aparecer el cansancio, no se mueve una caña y se escucha el silencio, la pregunta que surge es ¿Y ahora?

En el río no íbamos a tener respuesta asi que se planteó la idea de ir a buscar tarariras al reparo dentro de algún arroyo. Armamos los equipos livianos y arrancamos a pesar de haber mucha agua. En resumen tuvimos poco pique pero vimos mucho movimiento. Las chicas no querían nuestros señuelos, les tiramos con todos los colores, con gomas, con ranas, con cranks y nada. Lo peor de todo es que las veíamos. Sólo pescamos dos en la hora que estuvimos. Estábamos muy lejos de nuestro punto de partida con lo cual, ya cerca de las 17 hs., emprendimos el regreso. Llegamos al camping cerca de las 18hs cansados pero contentos. Es la segunda vez que salimos a pescar dorados con David del Valle, y la verdad a nosotros nos ha hecho pescar muy bien.

Este Domingo pasado fue difícil pero así y todo redondeamos unas 5 capturas en promedio por pescador. De mi grupo de pesca ¿qué decir? estoy muy agradecido de compartir estos momentos únicos con tan buena gente… cosa que pienso seguir haciendo. Y si a todo lo dicho le sumamos a un tipo que encaja perfectamente en nuestra estructura con la experiencia de David con un ayudante de lujo, listo, cartón lleno. Se practicó pesca con devolución al 100%. Villa Paranacito: Volveremos pronto!

Saludos y buenas pescas!
Gentileza de ‎Christian Andrés López‎  

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