Como siempre desoyendo pronósticos y malas vibras, fuimos en busca de las Tarariras invernales. Si nos basamos en la biología y en los libros era para no ir y comer un asado, pero está banda de locos y porfiados es amante de los desafíos..
Así fue que encaramos bien tempranito a San Pedro en búsqueda del ansiado Grand Slam: Pejerreyes, Tarariras y Dorados. ¡Que pesca metimos! Primero al golpe en la corredera obtuvimos pequeños pero voraces dorados que en plena corriente se afirman y dan una maravillosa pelea. Es fundamental acercarse con el motor a bajas vueltas y sin hacer ruido.
En costas de barrancas hay que tirar lo más cerca posible de la pared y dejar que el señuelo baje para poder obtener los preciados lingotes. El ataque es instantáneo si el tiro fue certero. Luego al mediodía en una boca muy rendidora mientras hacíamos los intentos con el Pejerrey esperando la pasada de cardumen, armamos los equipos para tarariras y los piques no se hicieron esperar. Primero con carnada con una peculiar técnica: utilizando sólo un leader y un filet grande de bagre amarillo, dejamos profundizar y fuimos recogiendo dándole pequeños toquecitos, buscando así irritarlas y moverlas.
Si bien no están aletargadas la actividad no es la misma, su metabolismo baja por ende también su actividad cazadora. Pican exclusivamente a ras del fondo. En un momento empezó la fiesta, una taru.. luego otra.. y así fuimos sumando la cantidad necesaria para animarnos a los señuelos.
Lo elegido, es lo imprescindible para este iniciar de temporada, fue una cuchara lastrada con goma Gozio repitiendo el mismo mecanismo, es decir lanzamos el señuelo dejamos que tome profundidad y una vez que está en el fondo vamos recogiendo con pequeños toquecitos para que la cuchara genere la turbulencia suficiente y que la rana tenga un movimiento casi natural.
También tuvimos mucho éxito con las más grandes usando ranitas. No están tan peleadoras como en Verano pero el condimento extra de sacarlas en pleno Invierno le da un sabor único. Sin descuidar a las tarus nuestro compañero seguía metiendo varios pejes medianos, la pesca en esta época se da por pasadas y muy violentas por cierto. Es común meter 5 o 6 pescados de golpe cada uno y luego pasar algunos minutos sin actividad.
Cumplido el objetivo y de pasada al puerto, hicimos los últimos tiros al dorado buscando algo de tamaño, como siempre San Pedro, el Paraná y Ruly no fallan, logramos un hermoso dorado que atacó una banana de profundidad, de esos buenos que te dejan la caña muda. Pelea de minutos, foto, beso y al agua! Como siempre decimos… el último tiro paga bien!
Gentileza de Leonel De Palo





