Continuamos con las crónicas pasadas de cómo cortar una semana con pesca. Para el que no lo recuerde, hicimos junto al amigo J.M Silva una pesca relampago a Entre Ríos (ver la nota)…
La búsqueda de nuevos lugares para la pesca de las Tarariras con señuelos fue un éxito, a tal punto que seguimos durante la noche. Dejando atrás al río principal y volviendo a sus pequeños brazos,casi a oscuras,decidimos probar distintas costas. El desafío era doble, ver si había actividad nocturna y si la había, si podía ser con paseantes.
Nada más lindo que ver los ataques en superficie (una boludez teniendo en cuenta que era de noche y no se veía a más de un metro). Los primeros intentos los realizamos con gomas antienganche (Big Bad de Badline) pensando que su ruido al caer cerca de la vegetación las podría activar. Como idea fue buenísima, pero solo como idea, porque no obtuvimos ningún resultado.
Cambiamos por señuelos duros de superficie. J.M con un Popper de Rapala y yo con un paseante Viper de Marine Sports (el mismo que tantas alegrías había brindado durante el día). Al tercer casteo y luego de escuchar el clack…clack…clack… Del paseante y su rattling se escucha una explosión en el agua y un tremendo ataque en superficie!!! La primer captura con señuelo en SUPERFICIE Y DE NOCHE… CON 17 GRADOS!!!!.
Obviamente la confianza se disparó al infinito y más allá y ya los tiros eran mucho más largos y precisos. Solo atacaban donde se reflejaba la luna sobre el agua, casi como una poesía de pesca (?). Los ataques se fueron sucediendo y no solo de taruchas, sino de los mosquitos que parecían aviones cazas. Una experiencia única y un cierre de jornada tan increíble como impensado
Gentileza de Fas Fishing
