Esperando a los chicos – contento – preparé todo y me fui a dormir. A las 8,30 hs. mientras limpiaba mi tracker apareció “EL ALEMÁN” – un loco grandote y gritón – que buscaba al vasco y su amigo Adrian Montenegro – más tranquilo – que me decía que nunca había pescado con caña. Al principio medio que me asombré por los gritos del Alemán, pero luego en la lancha, mate de por medio, me fui dando cuenta la calidad de personas que eran estos locos: ¡COMO NOS REÍMOS!, creo que hacía rato que no la pasaba tan bien…
Vieron esa gente cero problema, cargadas, risas, aventuras. Fue tanta la buena onda que comenzamos a pescar de una manera impresionante y unos “troncos” que verán en las fotos que hasta a mí me sorprendieron. La verdad me quedé con ganas de compartir más momentos con estos dos locos como yo, excelentes personas y fanáticos de pasarla bien y pescar.
Allá se fue el ALEMÁN, a los gritos como llegó, agradeciendo el día pasado pescando y prometiendo volver con su amigo y vernos en Buenos Aires. Como siempre llegó el día más triste, el de la partida hacia casa, con momentos encontrados de felicidad por volver a ver a mis padres, mi hijo, amigos y amigas y a Fox – mi perro -, pero por otro lado, dejar por unos pocos días mi pasión que es la pesca. Pero “EL BARBUDO” me tenía una sorpresa, cuando llegué al auto, se había trabado el cebador y encima las luces de atrás no andaban… mecánico imposible a esa hora siendo Domingo, así que decidí quedarme y ver si lo podía arreglar al otro día.
Luego de unos mates a la mañana me aboqué a el auto y justo en el momento que lo había arreglado llega un auto con una lancha hermosa. Serían las 12 hs. y ellos me dijeron que eran de Junín, querían probar como andaba la lancha y de paso intentar pescar. No conocían la laguna a pesar de ser locales y me pregunté para mis adentros: ¿si los acompaño y los ayudo a estos muchachos?. Allá salió el Vasco corriendo a buscar la caña y los equipos, el de pesca y el del mate. Salimos sin presiones de que nos vaya bien, el tema era probar la lancha a ver como andaba pero yo no puedo con mi genio, los quería hacer pescar, volaba la lanchita.
Me dirigí al fondo de la laguna en un día con un viento ideal y ni bien largamos las líneas al agua comenzaron los piques, aunque seguía comiendo mal el peje. Dije a Dario y a su hermano que los dejen comer más y no se apuren, fué entonces cuando comenzamos a clavar buenos pejes pero sin ser matungos. Había borbollones grandes pero no picaban. Traté de ubicar la lancha para que pase por el canal profundo que tiene la laguna en esa parte y luego de eso clavé un peje que no lo podía traer.
Al principio creí que era un doblete pero luego al acercarlo más me dí cuenta que era uno solo, pedí el copo y lo subí. Que peje amigos!!! medía unos 48 cm. Luego vino otro y otro, fueron 4 piezas destacadas y otros de muy buen tamaño que completaron la cuota. La explicación de este gran éxito es que al ser Lunes no había casi ninguna lancha en la laguna y al estar tranquilo los grandes se dejan ver y comen sin problema. Los hermanos estaban como perro con dos colas de contentos y se entusiasmaron tanto que al otro día vendrían también.
Queridos amigos, ya en casa comienzo a extrañar la laguna y mis amigos. El finde seguro que otra vez iré a mi paraíso en busca de los grandes matungos que esta excelente laguna atesora y compartir momentos inolvidables con clientes y amigos. Los espero en este lugar tan lindo que es Estancia Los amigos en Junín para escribir juntos una aventura de pesca, camaradería y si les vale el consejo, el que pueda, venga en la semana.
Les mando un abrazo, Eduardo Miguel Sagasta
Contacto: Tel fijo (011) 4840-1388 | Cel (011) 15-5499-9259
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