Pescar tarariras es hermoso pero tiene sus peligros, sobre todo cuando lo haces vadeando y el río creció esa noche mas de 50 cm…
Los ofidios escapan del agua fría y buscan lo que mas a mano tienen, en este caso una manta de yuyos elevada del agua donde casualmente uno de los chicos engancho el señuelo, hermosa sorpresa me lleve al encontrarla. La Yarará es una de las víboras que habitan el Delta Entrerriano y son una parte importantísima de su ecosistema.
En este caso Yo estoy acostumbrado a manipularlas, no me resulto complicado, el frío de esa hora hace que este muy lenta en sus movimientos por lo que la lleve a un lugar seco sobre la costa. Ésta acción no recomiendo hacerla a nadie, solo eviten molestarla y salgan del lugar tranquilamente, sino se sienten amenazadas no atacará.
No las maten, esa es su casa, es donde vive y vivió toda su vida, nosotros somos los invasores.. los intrusos. Así que seamos precavidos y sigamos disfrutando de la pesca respetando a todos los seres que nos crucemos en ese camino.
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Bellini, del Laboratorio de Herpetología del Instituto Nacional de Limnología (Inali), manifestó en una nota hace unos años “Si uno se encuentra con una yarará asoleándose, no hay que interactuar con ella. La gente tiende a matarlas, lo cual es más peligroso que evitarlas, porque los animales tienden a defenderse y atacar. Si uno no les hace nada, es probable que ellas tampoco”. Por lo que “En caso de ser mordido hay que trasladarse urgente a un centro de asistencia médica. No usar torniquetes, ni aplicar cortes, que podrían producir hemorragias porque las yararás aplican un veneno anticoagulante”.
Gentileza de Adrian Flex





