Fin de semana primaveral en Santa Elena a pura escama dorada, único, como ya nos tiene acostumbrados junto a Excursiones La Magdalena y Cabañas Las Piedras..
Rumores en el viento
La atmósfera está calmada, demasiado calmada. Hace tiempo que el comando no sale a la aventura, hace demasiado tiempo que estamos “aletargados” cual taru en invierno, pero eso está a punto de cambiar…
Mientras pensábamos cuál sería nuestra próxima aventura, el viento nos trajo a los oídos un rumor: en Entre Ríos, más específicamente en Santa Elena, el rey del río estaba dando batalla. Rápidamente nos pusimos en contacto con nuestros amigos Lucas Zanón (Responsable de “La Magdalena Apart y pesca”) y Gabriel Olivera, (Coordinador de turismo de Santa Elena, y responsable de“Cabañas las piedras”) quienes nos confirmaron el buen momento que está pasando el pesquero pese a lo alto que está el río, que en algunos lugares llegó a superar los 3 metros.
Con esta información, enseguida coordinamos la visita, y así cómo así, ya estábamos en camino a una nueva aventura.
Los Preparativos
Filas de soldados artificiales afilan sus armas, triples y simples, para enfrentar la temida batalla con el Rey de Reyes. Soldados de diversos orígenes, formas y colores, muchos de los cuales llevan en la piel las marcas de pasadas batallas con el rey y saben lo que les espera, otros nerviosos ante su inminente bautismo de fuego, pero todos sabiendo en sus almas de resina y madera balsa que la tarea no será para nada fácil.
Preparamos todo el arsenal doradero para la contienda, cambiamos anzuelos en dudoso estado, incorporamos algunos miembros nuevos al plantel de artificiales, revisamos cañas, reeles, multi, todo para asegurarnos de tener todos los equipos a la altura de las circunstancias, y el comando mandíbula completo puso proa a Santa Elena. Una vez más, “Manosdemanteca” y “Lagumercindor” encaraban la aventura, pero con un “as” en la manga: esta vez, van capitaneados por el valeroso “Comandante Vitivínicola”, con lo que el éxito está casi asegurado.
La Llegada
El viaje se hizo largo por la ansiedad pero lo matizamos con mate, las típicas chanzas de pecadores y fundamentalmente con una buena noticia: Si bien la ruta provincial nº 6 de Entre Ríos (camino de entrada más directo a todos los pesqueros de renombre del corredor del Paraná entrerriano y correntino) sigue dejando mucho que desear, se efectuaron reparaciones en muchos tramos de la misma, quedando en bastante mejor estado del que recordábamos del año pasado. De todas maneras, todavía guarda alguna que otra sorpresa “rompe bujes”, por lo que la recomendación es agarrarla de día y a una velocidad moderada para evitar cualquier tipo de inconveniente que nos empañe la salida. Si se toma de noche (como hicimos nosotros, debido a que factores completamente ajenos a la pesca así lo impusieron) hay que ser aún más cuidadosos.
Finalmente, después de 7 horitas de viaje llegamos a destino… y qué destino. Lucas ya nos estaba esperando con el trucker preparado, dejamos nuestras cosas en la cabaña y arrancamos la jornada.
La Batalla
La nave se desliza sobre el agua hasta llegar al campo de batalla. Los biguás delatan la presencia de los cardúmenes de mojarras perseguidas por el rey dorado, señal inequívoca de que el lugar elegido es el correcto. Desde la seguridad de las barrancas, caranchos y chimangos observan cómo los engaños vuelan para caer, certeros, ahí, justo ahí, donde el rey acecha. Pegadito al palo, o debajo de esa rama, o en el punto exacto en donde el agua acelera al chocar contra la piedra… justo en ese instante el río explota, la batalla se desata, el rey ataca con furia, y el río se tiñe de oro.
La idea era pescar al golpe con señuelos comenzando bien río arriba y bajar casteando contra la costa. Después de una navegación de entre 30 y 40 minutos aguas arriba, Lucas señala una bandada de biguás alimentándose en el río y nos dice “Si hay biguá, hay mojarra; si hay mojarra hay dorado”, y encara la lancha para empezar a castear.
Mientras derivábamos empezaron a volar los señuelos, y a casi nada de comenzar la caña de Lagumercindor se arquea, pero se juntan clavada y salto del dorado, por lo que el rey en el aire escupe el engaño ganando la pelea, pero dejándonos con la adrenalina al máximo… Ni cortos ni perezosos, los señuelos siguen buscando la costa, el palo, la corredera, la piedra justa.
La recompensa no tarda en llegar: Manosdemanteca pone el señuelo justito al comienzo de la corredera contra la piedra, dos manijazos del reel y “a cobrar”. El lingote vuela en el aire, y comienza la lucha que termina con la primera captura del día: Un hermoso doradito de unos 3 kilos que abrió la jornada. Enseguida el comandante hace valer sus años, y pelando chapa de campeón, se despacha con otros dos lingotes, casi casi uno atrás del otro, demostrando que los años no pasan al cuete.
El que venía “engualichado” era Lagumercindor, que ya había errado un par de piques y se estaba poniendo algo inquieto, así que se jugó el ancho de espada: Calzó en la punta del leader su “Flap Jack”, ya maltratado por infinidad de mordidas de dorados, y lo mandó a volar. El resultado fue casi inmediato, pudo subir su primer lingote de la jornada… Pero el comandante le “robó” la exclusiva y casi al mismo momento clavó otro lingote, con lo que terminamos subiendo a la lancha un hermoso doblete dorado. Fotelis de rigor, a desanzuelar rápido y devuelta al agua, merecida recompensa para el aguerrido adversario. Pero la fiesta no terminaba, y así, seguimos largo y tendido, a muñecazo limpio. En unas 4 horitas sacamos más de 10 dorados medianos, (con un par de dobletes más), y perdimos la cuenta de piques en los que el ganador fue el rey del río.
Piques, pero de los otros
Promediando la tarde, el cansancio del viaje y la jornada señuelera empezaron a hacerse sentir como los “bagres” a picar, por lo que decidimos hacer un alto para reponer energías y disfrutar de otro de los servicios que brindan “La Magdalena” y “Cabañas las piedras” en sus salidas de pesca: Una regia picada con unas birras bien frías, recibidas como maná del cielo. Y así entre risas, picada y algún fernet con coca que se “coló” en el ágape, terminamos el descanso, y arrancamos la vuelta.
Pero todavía quedaba media sorpresa más, ya en el camino de vuelta pasamos por dos puntos que Lucas había reservado para el postre y clavamos un par de dorados más ¡Espectacular! La frutilla de la torta. La batalla concluye junto con la tarde y los artificiales tienen nuevas marcas que demuestran que no es fácil vencer al rey de oro… Una vez más, enfrentamos al tigre de los ríos, una vez más lo vimos pelear, saltar, vender cara su derrota, y luego irse, liberado para pelear otro día .Una vez más, salimos al río, una vez más, vivimos.
Al volver a puerto estábamos molidos: Con un viaje de 7 horas y una jornada de pesca “arriba del lomo” literalmente no dábamos más. Fue por esto que llegar a las cabañas que ofrece “Cabañas las piedras” fue un verdadero lujo: Cada cabaña perfectamente equipada para 4 o 5 pescadores según la necesidad, cuenta con todo lo necesario para el pescador y su familia: Aire acondicionado, TV, Wi-Fi, parrilla individual y acceso a la pileta y el quincho de uso común. ¡Un verdadero lujo!
Por la noche, después de una hermosa siesta tardía nos dimos el gustazo de compartir un asado con el gran Ramón Chaparro, guía de la zona y un amigazo, que esta vez no nos pudo acompañar en la pesca pero se dio una vuelta para compartir una cena de amigos con nosotros. Y entre risas, asado, birras y algún vinito se nos fué la noche. Entrada la madrugada nos fuimos a descansar para al otro día emprender el regreso a casa.
La Conclusión
La jornada fue un éxito rotundo: Si bien nos faltó “La sorpresa”, fuimos testigos del excelente momento que atraviesa el pesquero y de la gran cantidad de dorados que atesora. El rey del río está ahí, sólo hay que saber tentarlo. Cabe destacar que la clave del éxito, además de la pericia de Lucas para elegir las canchas y para timonear el garete, fueron los señuelos elegidos: Los lipless como el “Flap Jack” de Strike Pro, y el famoso “Excalibur” marcaron una clara diferencia. También fueron efectivos, aunque en menor medida, las bananas paleta corta y el conocido “Shad Rap Magnum” de Rapala (y sus imitaciones nacionales). También llevamos algunas morenas por si la pesca con artificiales se ponía difícil, pero la verdad, sólo salieron a pasear: terminó volviendo la docena completa.
Santa Elena hace honor a su sobrenombre, “el paraíso del pescador”, y espera a todos los que quieran aceptar el desafío, con servicios de primer nivel, excelente pesca, y lo más importante: con buena gente, que te hace sentir como en casa.
Y de nuevo a rodar. Llevándonos en la cámara y el recuerdo los reflejos dorados del sol entrerriano sobre las escamas del Pirayú. Y entre los recuerdos, de nuevo a soñar con esa pesca, con la mejor de todas, con la que está por venir. ¿Importa en dónde? No mucho. Sólo importa saber que siempre, hay una nueva salida en el horizonte, una nueva ruta que nos llevará de nuevo al agua, que nos hará vivir una vez más.
Servicios
La Magdalena apart y pesca: Departamentos completamente equipados para el pescador y su familia, en el corazón de Santa Elena. Salidas de pesca guiadas al dorado y surubí, en todas las modalidades (Spinning, Baitcast, Fly, carnada) con todos los servicios. También salidas a la variada y paseos en lancha.
Teléfono:03437 15-44-2575 (Contacto: Lucas Zanón). Facebook: La Magdalena Apart y Pesca
Cabañas Las Piedras: Cabañas completamente equipadas para el pescador y su familia, sobre la rivera de Santa Elena. Pileta, quincho, asador individual.
Salidas de pesca guiadas al dorado y surubí, en todas las modalidades (Spinning, Baitcast, Fly, carnada) con todos los servicios.También salidas a la variada y paseos en lancha. Teléfono: 03437-15-48-8006 Gabriel Olivera | Facebook: Cabañas las piedras
Gentileza de Pinchando Mostros
Texto y fotos: Fernando Otero /Juan Otero





